ALBERTO RIVERO

LAS PALMAS. Viajaban desorientados. Se les acabaron los víveres y el agua potable en una travesía que se prolongó por espacio de doce días. Y encontraron su trágico final cerca de su destino. Un cayuco con sesenta inmigrantes, trece de ellos muertos, arribó a primera hora de ayer por sus propios medios al puerto de Arguineguín, en el municipio de Mogán, al suroeste de Gran Canaria. Horas después, la Guardia Civil localizaba un nuevo cuerpo a siete millas de la costa, completando así una escena dantesca. Los cadáveres aparecían mezclados en el fondo de la embarcación. Los que pudieron contarlo, alcanzaron la isla ante la atenta la mirada de horror de los pescadores de un pueblo apasionado por el mar que se abre delante de sus ojos.

El cayuco fue interceptado por el Servicio Integrado de Vigilancia Exterior (SIVE) a las siete y media de la mañana, a unas dos millas de la costa. Una vez dada la voz de alarma, la patrullera «Almirante Díaz Pimienta» salió al rescate de los indocumentados que, según declararon al pisar tierra, habían escogido el sur de Mauritania como punto de partida de su odisea.

«El motor de la embarcación sufrió una avería, motivo por el cual estuvieron varios días perdidos, a la deriva», explicó Juan Antonio Corujo, coordinador de Emergencias de Cruz Roja en Gran Canaria tras comprobar el estado de los 46 supervivientes. Así, un viaje que debe durar poco más de cuatro días se convirtió en un suplicio que vio triplicada su duración.

El hecho de que una de las víctimas apareciera flotando en el mar motivó que la Guardia Civil peinara la zona en búsca de más cuerpos ya que, en ocasiones, los que sobreviven a las inclemencias del Atlántico optan por deshacerse de las personas que han perdido la vida.

Los heridos presentaban síntomas de deshidratación e hipotermia. Algunos de ellos, en vistas de que el agua se les había acabado, recurrieron al al mar para paliar su sed. «Eso es un gran error porque el agua salada poduce quemaduras en la boca y puede provocar otras complicaciones», indicó Corujo.

Fuera de peligro

En la embarcación viajaban dos mujeres y al menos un menor, según indicaron fuentes de la Delegación del Gobierno en Canarias. Ellos corrieron mejor suerte. Mientras tanto, ocho inmigrantes tuvieron que ser trasladados hasta distintos centros hospitalarios de Gran Canaria. Tres subsaharianos fueron ingresados en el Hospital Insular de Las Palmas y otros tres recibieron atención en el Hospital Doctor Negrín, también en la capital grancanaria. Los otros dos, en mejor estado, fueron acogidos por los centros de salud de Arguineguín y Maspalomas, en el sur de la isla. Sus vidas no corren peligro.

Por otro lado, un cayuco con un número indeterminado de personas a bordo fue localizado, a primeras horas de la tarde, a 59 millas al Sur de Tenerife, según informó la Delegación del Gobierno en Canarias.En esta ocasión, la embarcación fue avistada por un avión de Salvamento Marítimo y hasta la zona se desplazaron varias embarcaciones para interceptarla.

Con la llegada de esta última barcaza a la isla de Tenerife. Las Islas han recibido en lo que va de verano un total de 2.713 inmigrantes irregulares, lo que supone 444 menos que en 2007. Durante el presente año han alcanzado las costas canarias 5.516 personas, 1.140 menos que en el ejercicio anterior, según los últimos datos oficiales.

En el mes que más llegaron fue en junio con 935. La isla que más inmigrantes ha recibido es Tenerife con 3.065, mientras que a La Palma no ha llegado ningún cayuco hasta el momento. Tras Tenerife se coloca Gran Canaria (1. 203), La Gomera (666), El Hierro (423), Lanzarote (96) y Fuerteventura (2). Así, han arribado un total de 103 embarcaciones en 2008, lo que supone 43 menos que en los primeros ocho meses del año pasado.

Ante la nueva tragedia, el portavoz de inmigración del PP en el Congreso, Rafael Hernando, pidió al Gobierno que «deje de dedicarse sólo a contar la cifra de cayucos y de inmigrantes muertos».