«Ha sido un viaje muy duro, sólo quiero agua»
Canarias 7, , 04-09-2008Es imposible entender su nombre. Tiene los labios totalmente destrozados e hinchados por el sol y el agua salada y ayer llegó en un cayuco con trece compañeros de viaje muertos al puerto de Arguineguín. Poco después otro cuerpo más apareció flotando en el Atlántico.
Tiene 20 años y nació en Guinea Bissau. Es uno de los 46 supervivientes de un viaje trágico que se tragó catorce vidas. Apenas puede hablar pero puedo acertar a decir que «fue un viaje muy duro, muy duro» y una súplica, «lo que necesito es agua». Lo peor del viaje ha sido la sed. Precisamente por ella murieron sus compañeros. Bebieron agua salada para intentar aliviar la tortura y esto les produjo un fallo multiorgánico que acabo con sus vidas, según explicó Jose Antonio Corujo, coordinador de los equipos de respuesta inmediata de Cruz Roja.
Los inmigrantes partieron de algún punto del sur de Mauritania y estuvieron entre ocho y doce días navegando en el océano. Según explicaron los supervivientes a los voluntarios de Cruz Roja, el motor falló por lo que estuvieron varias jornadas perdidos en el mar quedándose sin agua y víveres, hasta que fueron localizados por el SIVE de Gran Canaria a dos millas de la Isla redonda. Una patrullera de la Guardia Civil fue a su encuentro y les rescató de la embarcación que estaba totalmente anegada y que fue remolcada con 13 cuerpos en su interior, de los cuales puede que tres sean menores de edad. Poco después fue localizada otra persona flotando en el Atlántico y fue trasladada por la Guardia Civil al puerto de Arguineguín. Entre los supervivientes, procedentes de Senegal, Gambia y Guinea Bissau, se encontraban dos mujeres y un posible menor de edad.
Una vez llegaron a Arguineguín fueron atendidos por los equipos de Cruz Roja de síntomas de hipotermia y deshidratación grave. Cinco de ellos tuvieron que ser trasladados al centro de salud de Arguineguín, de Maspalomas, dos al Hospital Insular y uno al Hospital de Gran Canaria, pero sus vidas no corren peligro. El resto fue enviado a la comisaría de Maspalomas.
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