Un millón de musulmanes inician el Ramadán en España
Trece horas de ayuno
La Vanguardia, , 02-09-2008JOSEP PLAYÀ MASET – Barcelona
Cada Ramadán se avanza once días en el calendario, por lo que este año coincide con una época de días largos y calurosos
acía muchos años que H el Ramadán no empezaba un 1 de septiembre. “Es el Ramadán más duro que hemos vivido nunca en España”, decían ayer entre bromas un grupo de jóvenes marroquíes que se acercaban a un restaurante de la calle Hospital de Barcelona para romper el ayuno. Y es que este mes de abstinencia, que coincide con el noveno mes del calendario musulmán que se rige por la luna, se avanza cada año unos once días y en el presente coincide con una época de altas temperaturas.
Durante los días del Ramadán, los musulmanes no pueden ni comer, ni beber, ni fumar ni tener relaciones sexuales durante el periodo comprendido entre el alba y el ocaso. Ayer, el sol salió a las 7,18 y se ocultó a las 8,24, por lo que durante más de trece horas los practicantes musulmanes debían abstenerse por completo de hacer llegar nada al cuerpo, ni sólido ni líquido. Además de la abstinencia de estas necesidades ordinarias, los musulmanes se esfuerzan en incrementar sus actividades de oración durante este mes sagrado. Además de las cinco oraciones diarias habituales, se realiza otra adicional, llamada tarawih.Por esa razón durante esos treinta días todas las mezquitas y oratorios son muy frecuentados. En Catalunya existen 169 oratorios reconocidos oficialmente por la Generalitat.
Otra de las obligaciones del ayunante es dar ayuda económica a quien lo necesite y ejercitar el autocontrol. Ayunar es una forma de controlar el cuerpo, de sentir la experiencia del indigente y de formarse en la autodisciplina y la obediencia a los mandatos de Mahoma.
El inicio del Ramadán ha coincidido este año con la vuelta de las vacaciones, con lo que el cambio ha sido aún más brusco. Muchos marroquíes regresaron este fin de semana de su país. En España se calcula que un millón de musulmanes practican de algún modo el Ramadán, de los cuales cerca de 300.000 en Catalunya. Y de esta cifra, más de la mitad corresponde a población marroquí. En menor proporción siguen los pakistaníes y los subsaharianos.
No sólo se trata de que los días ahora son más largos que en pleno invierno, sino que además se mantienen las altas temperaturas. Pasarse todo el día sin beber agua supone un mayor sacrificio. Mohamed Halhoul, portavoz del Consell Islàmic Cultural de Catalunya, matizaba ayer que el Corán establece una serie de excepciones. Y las enumeraba para mostrar que se atienden los casos más complejos. “El baremo de excepcionalidades empieza por los enfermos y continua con las mujeres embarazadas, las que amamantan, las que tienen la regla, los niños que no han llegado a la pubertad e incluso a los que tienen que hacer un viaje largo, y hay dictámenes que dicen que se considera como tal a partir de los 80 kilómetros”. Según Halhoul, “el ser humano conoce sus límites y sabe cuándo se marea o no puede aguantar más. Por ejemplo, quienes trabajan en el campo si notan que se sofocan pueden beber agua, pues se entiende que están enfermos”.
El Ramadán tiene también un componente festivo ya que al acabar el ayuno las familias se reúnen a comer con los amigos. Para los musulmanes es un momento de alegría. En la calle Hospital, en el Raval, podía verse ayer la animación que reinaba en carnicerías y restaurantes al acercarse la hora de la puesta del sol. Restaurantes que durante todo el día habían estado vacíos se llenaron de pronto para acoger este festín que pone fin al ayuno.
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