"Volvería a recoger a los inmigrantes "

El patrón del 'Clot de l'Illot' llega a Santa Pola tras salvar a 49 subsaharianos

Las Provincias, NANDO RICO, 02-09-2008

La odisea humanitaria que vivieron los tripulantes del barco pesquero de Santa Pola Clot de l’Illot se vio salpicada por los nervios cuando los 49 inmigrantes – conocedores de que iban a ser desembarcados en Libia – amenazaron a la tripulación y a las autoridades del país magrebí con prender fuego al navío gracias al cuál seguían con vida, tras ser rescatados por los pescadores santapoleros. Teniendo en cuenta estos argumentos, es lógico que el joven patrón del Clot de l’Illot afirmara ayer, nada más llegar a puerto, que no dudaría en volver a recoger a más inmigrantes , pero que lo haría “con más precaución”.

El joven armador del pesquero de Santa Pola revelaba ayer a LAS PROVINCIAS que se sentía “desesperado por volver”, especialmente después de los últimos días, en los que Héctor Ruso y su tripulación intentaron por todos los medios recuperar parte de las pérdidas que tuvieron durante los cuatro días que navegaron con inmigrantes .

Incluso con tal de recuperar dinero se quedaron una jornada más de lo previsto faenando en aguas internacionales entre Italia, Malta y Libia. Y esto pese a que durante estos días se celebran las fiestas de Santa Pola.

Héctor Ruso, patrón del Clot de l’Illot, se mostraba ayer sonriente. Ha vuelto a casa tras pasar una larga temporada en alta mar faenando. El pasado 20 de agosto, Héctor y el resto de su tripulación encontraron una patera con 49 inmigrantes a bordo que rescataron, para después llevarlos a las costas de Libia siguiendo órdenes de las autoridades españolas, con las que Héctor contactó gracias a la labor desde Santa Pola de su padre, José Ruso.

Héctor Ruso estaba tranquilo tras llegar a puerto. “Tenemos la conciencia muy tranquila por la labor que hicimos, pero hubo momentos en los que temí por nuestras vidas”. Tras atracar en Santa Pola, alrededor de las tres de la madrugada, Héctor y su tripulación fueron recibidos por sus familias. Acto seguido, lo más complicado: descargar los 2.500 kilos de capturas de quisquillas y dejar adecentado el material que emplean para capturar el pescado. Una tarea que les llevó prácticamente toda la mañana.


Deshidratación total

El armador del Clot de l’Illot relató a LAS PROVINCIAS los pormenores de los cuatro días que pasaron con los inmigrantes . Así, afirmaba que los 49 subsaharianos se encontraban en un estado de “deshidratación total” cuando fueron rescatados.

Su lancha neumática se encontraba prácticamente deshinchada, no tenían gasolina ni tampoco agua ni víveres. Por ello, Héctor Ruso confirmaba que “estaban llenos de heridas por agua de mar, porque se pasaban el día achicando agua e incluso tenían que beber de ella”.

La situación de los inmigrantes era dramática. Por eso, Héctor mandó a su tripulación que los recogiera, decisión que no tuvo el apoyo unánime de todos porque, como él mismo reconocía ayer, “algunos se olían lo que nos venía encima”.

No era para menos. Todo fue bien hasta que los náufragos supieron que desembarcaban en Libia. “Todos ellos, menos unos quince se amotinaron, amenazando con quemar el barco”. Sin embargo, la intervención de la policía fue clave y los inmigrantes , en agosto, “con el calor de los motores y el sol que caía en Trípoli, decidieron descender sin oposición. Al haber menores, la policía no podía desalojarlos a la fuerza”.

Ahora, Héctor y su tripulación sólo esperan poder descansar después de pasar una temporada sin pisar tierra firme. Pero, con las pérdidas de este viaje, tal vez toque hacerse a la mar en menos de dos semanas.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)