| EFE

Rothman Salazar desistió de luchar por quedarse en Bélgica, país al que se siente integrado.

Rothman Salazar firmó ayer el retorno voluntario a Ecuador, horas antes de que fuera expulsado de Bélgica debido a la situación irregular en la que se encuentra, dijo su abogado.

El ecuatoriano, de 19 años, no esperó conocer la decisión del Consejo de Contenciosos de Extranjeros de Bruselas, que decidió rechazar el recurso de urgencia presentado por su abogado.

Según la madre de Salazar, Nuria Perugachi, su hijo, “cansado de luchar”, aceptó la repatriación voluntaria minutos antes de partir por carretera hacia Amsterdam, donde estaba previsto que anoche tomase un vuelo a Quito junto a dos agentes de inmigración.

La esperanza de Salazar era conseguir con ese gesto más facilidades para luego regresar a Bélgica con un visado de estudiante, pues en septiembre tenía previsto comenzar los estudios de ingeniería superior en Bruselas.

El joven fue detenido por no tener sus papeles en regla el pasado 13 de agosto, cuando celebraba una fiesta de cumpleaños junto a varios amigos. En septiembre tenía previsto iniciar sus estudios de ingeniería superior y, según sus familiares y las Asociaciones de Defensa de los Inmigrantes , está perfectamente integrado en Bélgica.

Su caso –como ocurrió el año pasado con el de la niña ecuatoriana Angélica Loja, de 11 años, y su madre– se ha convertido en Bélgica en un símbolo de la situación de muchos sin papeles y ha despertado un gran interés en los medios de comunicación.

De no haber sido detenido, el ecuatoriano podría haberse beneficiado de una nueva normativa que iba a aprobar el Gobierno belga sobre regularización de indocumentados que pudieran demostrar estar integrados y que por las dificultades del Ejecutivo se ha retrasado hasta después del verano.

Su madre se declaró “triste e impotente” por todo lo ocurrido. “Ni siquiera hemos podido despedirnos de él”, lamentó al recordar que su hijo estaba  “bajo de moral” y “desanimado”.