Adil Qureshi: ''Un mediador interpreta hasta metáforas''
Coordina el programa de formación de mediadores del Hospital Vall d'Hebron. El plan tiene como objetivo formar gente para facilitar la comunicación entre médico y paciente
El Periodico, , 26-08-2008CATALINA GAYÀ
-¿En qué consiste la mediación sociosanitaria?- se puso en contacto con el hospital y trajo un grupo de mediadoras interculturales en prácticas. De esa experiencia nace el interés de La Caixa y el programa de la Conselleria de Salut.
—En el 2002, empezó el programa de psiquiatría transcultural para dar respuesta a las necesidades de salud mental de los emigrantes. Nos dimos cuenta de que teníamos psiquiatras y psicólogos formados, pero que estos no podían comunicarse con los pacientes. La oenegé SURT —Associació de Dones per a la Inserció Laboral
—¿Cuál es la función del mediador?
—Está ahí para facilitar la comunicación. Es un puente y no solo ejerce de traductor, también explica el contexto cultural, es decir, interpreta las metáforas y aspectos culturales del paciente.
—¿Cuál es su perfil
—Es muy variable. Hasta ahora el criterio ha sido tener la experiencia migratoria y conocer el contexto cultural de los grupos que representa. No tiene sentido pretender que se conozcan todas las culturas, por eso hablamos de contexto.
—¿Tiene que tener formación sanitaria?
—A priori, tener un perfil en formación en salud puede ser mejor, pero la práctica nos demuestra que no lo es siempre. El mediador tiene que aceptar que su papel es facilitar, pero no tiene la responsabilidad de lo que pase en la consulta. A veces, a la persona que tiene experiencia en el ámbito sociosanirario, le cuesta dejar este papel.
—¿Es ya una profesión?
—Hasta ahora no ha sido una profesión reconocida formalmente porque sus funciones no están bien definidas. Cada persona tiene su manera de entender qué es esta figura. Aunque se aplica en otros países como Suiza, Bélgica o Estados Unidos.
—¿Es fluida la relación entre el mediador y el médico?
—Mire, el gran peligro es que el mediador acabe tomando protagonismo y que el paciente, en vez de relacionarse con el médico, lo haga con el mediador. Si el mediador pasa a ser el referente, baja la credibilidad del médico.
—Entonces aún hay que trabajar mucho.
—Lo mejor es que el mediador entienda su papel y sepa manejar la situación dentro de la consulta para no coger el protagonismo. Claro que también requiere que el médico se dirija al paciente: mirándolo a los ojos, hablándole…
—¿Acepta la comunidad médica la presencia del mediador en la consulta?
—Cada vez más. La verdad, es que hay que ceder algo de control y autoridad y, a veces, se dan situaciones en las que no hay manera de saber qué está pasando y el médico debe aprender a aceptarlo. A la vez, el mediador debe ser un profesional.
—Póngame un ejemplo.
—Tú, como médico, dices algo y tardas 30 segundos en decirlo y el mediador lo hace en 10. Luego, el paciente contesta y habla 30 segundos y el mediador lo explica en 10. Esto subraya la necesidad de la formación del mediador para que el médico pueda confiar en él.
—¿Cómo le explica a un médico que ahora es mejor ser tres en la consulta?
—Lo que hemos visto es que cuando al médico le presentas un mediador profesional, que entiende cuál es su papel y tiene la flexibilidad para entrar y leer bien cuál es su situación, entonces está abierto. Siempre hay gente a la que le cuesta, pero se entiende que existe esta necesidad.
—Puede un paquistaní ser el mediador de un paciente hindú.
—Cada caso es diferente, pero está claro que no podemos tener una persona de cada cultura.
—Explíqueme una situación en la que la intervención del mediador haya resuelto un problema de comunicación.
—Un paciente de Senegal estaba hablando de tener un animal dentro. Decía que el animal estaba ahí comiendo y complicándole la vida. La mediadora puede normalizar, decir, que esto no indica nada raro: es su manera de explicar malestar. En muchos casos, en salud mental ayuda normalizando, contextualizando.
—Siga, siga.
—Una mujer marroquí que tenía un problema fuerte con su esposo se divorció. Decía que estaba sola, pero que no podía volver a Marruecos. Un occidental se pregunta por qué no puede volver. Tendría sentido volver donde están sus padres. La mediadora nos explicó que no siempre va bien volver. Volver no era una opción posible en su cultura y así intentamos trabajar de otra manera.
—¿Cuándo será una profesión consolidada?
—De momento, el hospital no contrata mediadores, pero la realidad migratoria hace que cada vez sean más necesarios.
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