Muertas con nombre extranjero
ABC, , 20-08-2008VALENCIA/MADRID. El 40 por ciento de las víctimas mortales de la violencia machista de este año (17) eran extranjeras; unas nunca habían denunciado a su maltratador; otras contaban con una orden de protección o de alejamiento que al final no les salvó la vida caso de la joven letona asesinada a puñaladas en Tenerife. Las hay de varias nacionalidades ecuatoriana, letona, brasileña, dominicana y hondureña, las últimas -y edades dispares, pero a la vista de lo ocurrido el plan especial anunciado a principios de año para víctimas extranjeras no está dando fruto. El porcentaje de mujeres no españolas muertas por esta causa ha subido más de un diez por ciento con respecto al año pasado. a causa de los celos de Mauricio, quien, según cuentan conocidos de los dos fallecidos, estaba obsesionado con la existencia de una tercera persona. Algo que le llevó, según resaltan las mismas fuentes, a agredir a la mujer en alguna ocasión y a controlar sus llamadas y mensajes.
El último caso ha llevado el luto a Valencia. El crimen ocurrió el lunes a última hora de la tarde en Onteniente. Mauricio, un ecuatoriano de 38 años, asesinó a Blanca, su ex pareja, también ecuatoriana y de 42 años, a tiros con una escopeta de caza. Luego se suicidó con esa misma arma.
Diez años, un hijo y un bar
La pareja regentaba desde hacía varios años un bar en la localidad valenciana y tenían un hijo en común de 8 años. Al parecer, Blanca puso fin a la relación recientemente -extremo que desconocían varios vecinos
Los presuntos maltratos se conocen, según afirmaron, por lo que contó el niño en una ocasión a un asistente social. Pese a ello, Blanca no presentó ninguna denuncia por malos tratos contra su ex pareja, que carecía de antecedentes penales.
Los amigos de Blanca aún no se explican cómo accedió a reunirse con su ex pareja en su vivienda, un chalé a las afueras de la población, tras el «calvario» que vivió a a su lado y en una hora, a media tarde, en la que ella debería haber estar trabajando en el bar. El niño contaría después que sus padres le mandaron a la vivienda del vecino a hinchar la rueda de una bicicleta. En la casa de al lado oyeron disparos. El pequeño volvió a su casa corriendo y encontró el horror: sus padres sin vida en sendos charcos de sangre. «Mis padres están muertos», gritó el menor.
La pareja regentaba el bar «Checho II» desde hacía casi diez años, al poco de llegar a España. En esa fecha iniciaron su relación de pareja. Mauricio dejó de atender en el establecimiento tras la separación. En el bar, además de Blanca, que era enfermera en su país natal,trabajaba una hija de ésta, de 21 años y fruto de otra relación. Durante los últimos meses, el agresor se empleó como jardinero. Además del niño y la joven, en Onteniente vivía otro hijo de la mujer, de 19 años, militar, y también fruto de otra relación, y una hermana de la víctima. Al parecer, Mauricio había iniciado los trámites burocráticos en el municipio para volver a Ecuador tras el fin de la relación con Blanca. Pero, como tantas veces, juró no volver sin ella y cumplió.
Las últimas horas han sido especialmente negras. Crimen tras crimen. Uno cada dos días y pico desde que empezó este agosto sangriento. Antes que Blanca, era asesinada a puñaladas una joven de Letonia en el municipio de San Miguel de Abona (Tenerife). Tenía 26 años. Su ex pareja no podía acercarse a ella por orden judicial. Lo hizo: de noche y disfrazado con una peluca. Aún no ha sido detenido.
Veinticuatro horas antes, la Policía de Vigo arrestaba a otro cobarde, éste brasileño. Acabó con la vida de Aelica Dacosta, una joven madre de 25 años, con un ladrillo, delante de las miradas atónitas de dos hijos. Casi la mitad de los asesinos también son extranjeros (20 frente a 21 españoles). Nueve del total se han suicidado tras matar a quien juraron querer. Otros dieciocho dicen que lo intentaron. Seis muertes más están en investigación.
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