La Policía Nacional desmanteló recientemente la primera organización de narcotraficantes radicada en Canarias, formada íntegramente por colombianos, que se ocupaban de todo el proceso, desde la importación de la cocaína y su tratamiento, hasta la distribución en cantidades importantes por todo el Archipiélago.

La “operación Clave” fue desarrollada por la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) de Tenerife y se saldó con la detención de 14 personas, entre las que hay 12 adultos sudamericanos, un menor de edad colombiano y una mujer española, que era la novia de uno de los implicados.

Los agentes adscritos a la Comisaría Provincial se incautaron de 40 kilos de cocaína, 100 kilos de un producto industrial para cortar la droga, dos armas de fuego, 15 vehículos de gran cilindrada, tres motos y 370.000 euros en efectivo. No obstante, lo más importante es que los profesionales de la Udyco descubrieron e inutilizaron dos laboratorios para el tratamiento de la sustancia estupefaciente en la capital tinerfeña.

El trabajo policial fue presentado en la mañana de ayer por el subdelegado del Gobierno en Santa Cruz de Tenerife, José Antonio Batista, quien calificó de “brillante” el dispositivo. En la divulgación de los datos más importantes del caso, Batista estuvo acompañado por el comisario provincial accidental, Federico Teodoro Pérez, y la inspectora Mónica García, que estuvo al frente de la investigación.

Los movimientos de la banda de colombianos llamaban mucho la atención en su entorno. Lo de siempre: a la mayoría no se le conocía trabajo alguno, pero, en cambio, todos tenían un alto nivel de vida.

La Udyco comenzó a seguirles los pasos hace ocho meses. Los ahora arrestados cambiaban constantemente de domicilio, puntos de reunión, teléfonos y coches, como medidas de precaución para no ser localizados.

Su particular “base de operaciones” estaba en Tenerife, aunque la cocaína se llevaba a cualquier parte de Canarias. Y fue en mayo cuando los policías detuvieron a los dos primeros integrantes de la red. Un joven de 25 años y un menor de 17 transportaron a La Palma un kilo de la citada droga, aunque fueron interceptados en el puerto de la capital de la Isla Bonita. Pero no fue hasta el 31 de julio, una vez que los investigadores policiales recabaron todos los datos cruciales, cuando se hicieron 11 registros domiciliarios en Santa Cruz de Tenerife, La Laguna, Tabaiba (El Rosario) y Granadilla de Abona.

El considerado como jefe de la organización fue identificado como V.H.H.P., de 39 años, que tenía como actividad empresarial la compraventa de vehículos.

Otros arrestados fueron I.C.T., de 25 años; L.S.M., de 20; C.A.A.B., de 29; J.A.T.V., de 29; C.A.B.P., de 33; D.P.Q.P., de 30; A.E.J., de 64; S.P.G.S., de 32; J.C.H.V., de 32, así como M.E.V., de 28. La mujer española tiene 30 años y fue identificada como E.M.G.G., de 30 años. Doce de los arrestados ingresaron en prisión, mientras que el menor pasó a disposición de la Fiscalía de Menores.

Para la “comercialización”, la banda utilizaba tres anagramas, como son los de la marca francesa “Lacoste”, además de un mago y un tridente. Los 40 kilos intervenidos por la Udyco represnetan el alijo más importante de cocaína aprehenido en lo que va de año en la provincia de Santa Cruz de Tenerife.

Cuando a esa cantidad se le añadiera la sustancia de corte, al mercado podían haber llegado alrededor de 1.200.000 dosis de cocaína, que hubiesen alcanzado un valor total de 1.600.000 euros, tal y como informó ayer la inspectora Mónica García, que fue cauta para no desvelar otros aspectos de la investigación.