Pamplona. Poco se ha estudiado sobre las relaciones entre Navarra y China, pero, a partir de noviembre, un congreso internacional analizará esta cuestión. Su organizador y coordinador de la Red Navarra de Estudios Chinos, Andrés Herrera, explica en qué situación se encuentran actualmente los nexos ente ambos lugares.

¿En qué punto se encuentran las relaciones entre Navarra y China?

Están en una fase de inicio, el Gobierno foral ha tenido otras prioridades. Afortunadamente las cosas poco a poco están cambiando y se están reduciendo las distancias. En los últimos años se está viviendo un nuevo tiempo en el que China está de moda. Parece que hay que estar en ese país, todo el mundo quiere tener presencia: universidades, empresas, instituciones… Por ello se impulsa que Navarra no pierda comba en esa carrera hacia China.

¿Esa carrera es algo pasajero o se mantendrá en el tiempo?

No sé hasta qué punto será una moda. Desde luego, en la Red Navarra de Estudios Chinos luchamos para que no sea una moda. Desde nuestros inicios, uno de los objetivos fundamentales ha sido fomentar una relación de ida y vuelta entre Navarra y China. Somos conscientes de que tiene que empezar en Navarra y centrarlo en la divulgación, ya que es fundamental para eliminar las distancias.

¿Cuáles son las principales dificultades de esa relación?

La distancia con China no es física, sino mental. Otra dificultad es la falta de una tradición. Navarra fue durante el siglo XVI y XVII los ojos de Europa en China pero luego eso se perdió. Vamos con mucho retraso con respecto a otros países porque en España se vivió 40 años de franquismo y el servicio exterior de entonces estaba al servicio de la legitimidad de un régimen ilegítimo. En los 70 hubo que reinventar la política exterior y empezar desde cero.

Las relaciones están en sus inicios, sin embargo, ya hay presencia empresarial en China.

Hay bastantes empresas navarras en China ya que el mundo de la economía ha ido siempre por delante del institucional, sin embargo, la clave no está en lo económico, sino en lo cultural, lo político, lo educativo… En la medida en que nosotros como ciudadanos seamos capaces de reducir nuestros prejuicios sobre China y también los chinos sobre Navarra, mejorará la relación.

¿Cuáles son esos prejuicios?

Hay muchos tópicos. Quién no ha ido las tonterías de que los chinos no se mueren, que todos son iguales o que son amarillos. ¿Y los mitos sobre las cocinas de sus restaurantes? Ahora se está hablando mucho de que están destruyendo el pequeño comercio, algo absurdo. También desde hace mucho tiempo se tiene la imagen de que son muy pobres. Son tópicos generados desde el desconocimiento y la clave está en tener una mentalidad abierta. El reto no sólo está con los chinos, sino con una sociedad que cada vez es más multicultural y mestiza. Es importante la convivencia entre culturas.

También se tiene la creencia de que los inmigrantes chinos no se integran en la sociedad navarra.

Es otro tópico. Los chinos están plenamente integrados en la vida económica de la comunidad ya que tienen multitud de negocios. Actualmente, la mayoría de los chinos son de primera generación. Han llegado a Navarra para montar su negocio, hablan con dificultad castellano y eso genera que vivan en su propia comunidad. Además trabajan mucho y es una comunidad autosuficiente que no recurre mucho a los servicios sociales, por lo que se piensa que no se integran. También hay que tener en cuenta que es una comunidad muy pequeña, tan solo hay unos 700 chinos y taiwaneses.

¿Qué medidas habría que tomar para mejorar las relaciones?

Por un lado está la parte económica, algo fundamental para el desarrollo y la creación de riqueza, pero los puntos clave están en otros lugares ya que, en el fondo, la empresa sólo busca su propio desarrollo. El mundo del negocio tiene su propia autopista, pero lo que no está en función del mercado ni de la coyuntura política es lo que pasa en la sociedad. De esta forma, la clave para eliminar distancias mentales está en los niños, es decir, introducir Asia en general y China en particular en las escuelas e institutos. El segundo paso es la educación entre adultos a través de jornadas, cine fórums, charlas…

Y en cuanto al idioma, cada vez más personas aprenden chino…

Transversal a las dos cuestiones anteriores se encuentra la enseñanza del idioma como clave para mejorar las relaciones. Ya existe cierta oferta, aunque también se podría enseñar el idioma en los centros educativos a través de actividades extraescolares. Otro punto clave es la Universidad y la investigación. Hay tanto por descubrir en China y en la propia relación entre ambos lugares… Existe un campo muy fecundo para los investigadores de letras. Todo ello se tiene que unir a una buena política de becas de ida y vuelta para que alumnos e investigadores chinos y navarros puedan viajar. Solamente creando esas estructuras de forma permanente se mantendrán unas relaciones estables.

¿Qué puede aportar Navarra a China?

Estamos tan obsesionados con el tema de la empresa y el comercio que no se ven otras cosas más importantes para los chinos, ya que ellos dan más valor a las relaciones integrales con otros países o regiones, ven las relaciones de forma global y no sólo se fijan en la parte económica. Ése es el paso número uno para Navarra. Vamos a establecer relaciones entre las universidades y entre la sociedad civil, vamos a hacer políticas de becas… Si realizamos todo ello, en esa relación global el aspecto económico va a prosperar. En esa relación global, Navarra tiene mucho que aportar, por ejemplo, su experiencia durante siglos en el autogobierno. China tiene un problema con las regiones ya que es un país formalmente muy centralista pero que realmente está muy descentralizado. También puede aportar tecnología sobre medio ambiente.

Y en el caso contrario, ¿China qué puede aportar a Navarra?

Las relaciones entre los pueblos siempre generan riqueza, por ello, cuando mantienes una relación buena con una cultura milenaria como la china puedes aprender mucho. La mirada al mundo, si es mestiza, es siempre mucho mejor. La principal aportación de China a Navarra es que el poder mundial se está trasladando hacia el Pacífico y este país puede evitar que España y Navarra queden en la marginalidad. Los chinos pueden pasar sin Navarra pero… ¿puede Navarra pasar sin China?