Ya no es Jauja todo lo que parece. España ya no es para los inmigrantes aquel paraíso que soñaron al otro lado del Estrecho o del Atlántico. La crisis les está afectando, como a todos, y las cuentas ya no les salen. Además, el desempleo crece entre este colectivo. A todo ello se une el hecho de vivir fuera de sus casas, de sus familias. De ahí que los inmigrantes empiecen a plantearse la posibilidad de regresar a sus lugares de origen. Y hay un dato que así lo demuestra: los programas de retorno voluntario han experimentado un notable repunte desde marzo. La mayoría de las solicitudes de regreso corresponden a ciudadanos latinoamericanos, que ven cumplida aquí su etapa laboral. El Gobierno debe favorecer medidas tendentes a que estos conciudadanos retornen a sus países con garantías. Ya ha anunciado que les adelantará el importe que les corresponda por prestación de desempleo. Hay que esperar que así se haga para que el trabajador extranjero regrese con tranquilidad económica.