Berlusconi, mariscal
El Periodico, , 07-08-2008De Italia podrá decirse que es un país ocupado por su propio Ejército. No basta con la policía para patrullar las calles para el mantenimiento del orden público. El primer ministro, Silvio Berlusconi, confía más en los militares, y el que le discuta la decisión tendrá que vérselas con él. No creo equivocarme si escribo que la prensa se llenará de viñetas satíricas estos días en las que el político italiano vestirá un vistoso uniforme de mariscal. Lástima que no viva el gran Vittorio de Sica, que conseguiría para el cine una parodia genial: en una ciudad vacía por el ferragosto, el alto mandatario se llevaría detenido a un pobre magrebí indocumentado.
La caza, captura y repatriación de los sin papeles es el objetivo de la Operación Más Segura, que se lleva a cabo en las principales ciudades. Los partidos representados en la coalición gobernante cuentan con una amplia presencia en las urbes. Así, pagando el fisco, han podido desplegarse pancartas de bienvenida al Ejército: ¡Soldados, Padua os ama!, Cada inmigrante devuelto a su tierra es una victoria de la patria… Mucha retórica triunfalista, pero el plan plantea también sus problemas. El centro de Roma ha sido declarado zona libre de militares porque se teme que su presencia en la calle podría espantar a los turistas. Está comprobado que el turismo es asustadizo y no están los monumentos de la vieja Roma para llenarla ahora de uniformes. Los soldados despertarían en la Fontana de Trevi recuerdos remotos, que felizmente se creían olvidados.
La oposición ha intentado frenar la idea de Berlusconi, pero los votos mandan y las minorías se han de resignar. Por lo menos, se lo han tomado con buen humor. Dicen que no son soldados. Aseguran que son extras de una película que se rueda en Cinecittà.
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