El Consell exigió ayer al Gobierno la puesta en marcha de los radares en las costas valencianas que permitan interceptar la llegada de inmigrantes en situación irregular. El conseller de Gobernación, Serafín Castellano, instó a la Delegación del Gobierno a que se destinen más efectivos policiales y se instalen radares para vigilar las costas, “pero no de manera ficticia, sino real”, puntualizó.

Castellano hacía referencia a la declaraciones del delegado del Gobierno, Ricardo Peralta, quien el pasado fin de semana señaló que ya se habían instalado cinco equipos en Valencia y otros tantos en Alicante, mientras que se estaba a la espera de aprobar la habilitación de este sistema de detección en la costa de Castellón.

El problema fue que no se precisaba si los aparatos estaban ya operativos, lo que precipitó la réplica del Consell, que criticó el retraso en la colocación de los dispositivos, previstos para el pasado mes de septiembre.

Fue el secretario Ejecutivo de Justicia y Libertades Públicas del PP valenciano, Mateo Castella, quien se encargó de lamentar “la opacidad” de la Delegación del Gobierno, al asegurar que Peralta “sacaba pecho por unos radares que deberían estar instalados desde hace meses”.

Castella criticó la “vaguedad de las afirmaciones, de las que no se desprende ni una sola pista acerca de la situación real en la que se encuentra la Comunitat con respecto a los sistemas de detección de pateras”. También señaló que los radares acumulan casi un año de retraso, ya que el Gobierno se comprometió a instalarlos en septiembre. A estas críticas se sumaron las de la asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC), que aseguraba que los cinco de Alicante aún no están construidos.

Estos radares formarán parte del sistema Integrado de Vigilancia Exterior (SIVE), que ya funciona en otras provincias del sur de la península. Su instalación permitirá evitar situaciones como la vivida en Torrevieja, cuando a finales de julio fueron detectadas tres pateras vacías con restos de ropa y comida en la cala Redonda.

Además, el titular de Gobernación fue preguntado ayer por las afirmaciones de la subdelegada del Gobierno en Alicante, Encarna Llinares, en las que aseguraba que el número de policías nacionales en la provincia supera en casi 50 lo que estipula el catálogo profesional, y que en las ciudades donde faltan agentes, este déficit se ha subsanado con agentes de prácticas.

Castellano contestó que el estado de las plantillas de la Policía Nacional y de la Guardia Civil en la Comunitat es “un secreto”, hasta el punto de que el número de bajas o de agentes en formación es “tan difícil de conocer como el número que va a salir de la ONCE”.

El conseller reiteró la necesidad de que se cubran las previsiones del catálogo profesional y que la ratio de policías por cada mil habitantes, “como mínimo”, se sitúe al mismo nivel “que la media nacional”. Serafín Castellano aprovechó la comparecencia para lamentar que la Comunitat Valenciana sigue siendo la tercera región en el índice de criminalidad, penúltima en el número de agentes destinados y que se encuentra a la cola en resolución de delitos.