VALENCIA. La crisis económica aprieta y la vendimia vuelve a presentarse como una opción laboral temporal de primer orden para inmigrantes residentes en la Comunidad y para los mismos españoles que han engrosado las listas del paro tras el desplome del sector de la construcción.
Así lo confirma la Unió de Llauradors i Ramaders que gestionará las peticiones de mano de obra de los viticultores, cuya oferta en la Comunidad Valenciana ascenderá a mil plazas durante la próxima campaña, a la que también acudirán inmigrantes provenientes directamente de Polonia, Rumanía y Bulgaria.
«También se incrementarán las solicitudes de trabajo para la campaña de cítricos que resulta más atractiva, ya que no implica pernoctar durante un mes fuera de casa, y además con los cítricos se gana algo más de dinero, ya que no es por día sino a destajo», informa la responsable de Inmigración de la organización agraria, Beatriz Garrigós.
El atractivo de la campaña de cítricos frente a la vendimia provoca que la recolección de uva deba contar pese al azote del paro inmigrante en España que ha aumentado un 24% en el último año con más mano de obra procedente directamente de sus países de origen.
Jornadas de 8 horas, 50,25 euros brutos y veinte jornales como mínimo es lo que el empresario viticultor ofrece a los inmigrantes, entre ellos muchas mujeres y jóvenes estudiantes que emplean sus vacaciones en el campo español.
La situación en los últimos años nada tiene que ver con la estampa de inmigrantes desorientados en la plaza del pueblo a la espera de que el agricultor les contratase. Hoy todo está regulado. Vienen con contratos de origen y vuelven tras el trabajo cumplido. Se les ofrece un alojamiento que debe cumplir unas condiciones de salubridad. Se realizan inspecciones.
Por su parte, la Asociación Valenciana de Agricultores prevé formalizar 600 contrataciones de temporeros durante la campaña de la vendimia, un número similar al del año pasado.
AVA quien suscribió un convenio con la Conselleria de Inmigración impartirá cursos de formación para más de 600 jornaleros sobre Prevención de Riesgos Laborales durante la vendimia. «Los cursos, que se prolongarán a lo largo del mes de septiembre, constan de una clase de dos horas en la que se explica a los trabajadores las técnicas, habilidades y destrezas relacionadas con la protección individual, el manejo de herramientas, productos químicos y maquinaria, y el transporte de cargas durante las labores de vendimia», explican desde la organización agraria.
Pero los cursos no se dirigen exclusivamente a los trabajadores, también a los empresarios y viticultores a los que se les oferta cursos que les ofrecen la capacitación mínima exigida por la Autoridad Laboral para poder contratar trabajadores. Más de 350 viticultores se han inscrito en estos cursos organizados por la Confederación Empresarial Valenciana.
A trabajar a Francia
Pero la vendimia no es un viaje único, es de ida y vuelta. Esa misma crisis económica, en especial en la construcción, también facilitará un éxodo desde España hacia el país con mayor tradición vinícola, Francia.
De este modo, de los 12.000 trabajadores españoles que cruzarán la frontera por los Pirineos, alrededor de 1.200, el 10 por ciento, lo harán con punto de origen en la Comunidad Valenciana. Este contigente será el segundo más numeroso del país, tras Andalucía.