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El Ejército vigila las calles italianas cumpliendo la orden de Berlusconi
La Voz de Galicia, , 05-08-2008Unos 3.000 soldados custodian desde ayer los centros de inmigración y los llamados «objetivos sensibles»
Desde ayer, tres mil soldados patrullan las calles de las ciudades italianas, tal y como había prometido Silvio Berlusconi durante la campaña electoral, a fin de garantizar la seguridad ciudadana. El controvertido decreto del Gobierno establece que un grupo de mil soldados se ocupará de vigilar las sedes institucionales y diplomáticas, así como los llamados «objetivos sensibles» de Roma, Milán y Nápoles.
En la capital italiana, el alcalde, Gianni Alemanno, se ha salido con la suya y ha conseguido que por el centro histórico de la ciudad no patrullen los militares. Tan solo se ocuparán de la vigilancia de los lugares que la policía crea convenientes, lo que evitará que los turistas vean soldados en torno al Coliseo o a la Fontana de Trevi, como deseaba el ministro del Interior, Roberto Maroni.
Los soldados sí estarán presentes formando patrullas junto con policías y agentes de seguridad en los barrios más problemáticos de Roma. Las patrullas, que se harán a pie y durante la noche, recorrerán nueve ciudades del país. Además de Roma, estarán en Milán, Nápoles, Bari, Catania, Turín, Verona, Palermo y Padua. Para la vigilancia en estas ciudades se destinarán mil soldados, mientras que los restantes se ocuparán del control de los centros de acogida de inmigrantes. En esta operación participan soldados de diversos cuerpos: paracaidistas y agentes de infantería del Ejército italiano. Entre ellos se encuentran 32 mujeres.
El decreto aprobado se hará efectivo durante seis meses, tras los cuales se valorarán sus resultados para una posible prórroga. El coste de esta operación supera los 31 millones de euros para el 2008 y una cantidad similar para el 2009. Quienes apoyan al Gobierno aplauden la idea de Silvio Berlusconi, pero las críticas llueven tanto de la oposición de centroizquierda como de los sindicatos de las fuerzas del orden, que la han definido como «operación fachada» mientras anuncian manifestaciones y protestas para el otoño.
También el general Mario Buscemi, que de 1992 a 1998 se ocupó de la operación Vísperas sicilianas contra la Mafia, criticó ayer la decisión gubernamental en una entrevista en La Repubblica . Buscemi la ha tachado de simbólica.
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