El paro se deteriora de forma acelerada en España. El pasado mes afectaba ya a cerca de 2,5 millones de personas, un nivel desconocida desde febrero de 1996. De la mano de la crisis económica, los desempleados inscritos en las oficinas públicas de empleo crecieron en julio en más de 36.000, su peor comportamiento en ese mes desde que existen registros. El balance anual es todavía más preocupante, ya que el pasado día 31 había en España 2.426.926 desocupados, casi medio millón más que en 2007 por estas mismas fechas, tras experimentar un crecimiento del 23,2%.

El Ministerio de Trabajo publica de forma simultánea la evolución del paro y la de la afiliación a la Seguridad Social, que muestra también un cuadro desalentador. El último día del pasado mes, el sistema había perdido 15.016 cotizantes con empleo, mientras que la caída interanual superaba los 323.000. Un preocupante balance si se tiene en cuenta que, hace exactamente un año, el registro presentaba una progresión de más de 531.000 afiliados.

El Gobierno no forzó en esta ocasión una interpretación favorable. El vicepresidente económico, Pedro Solbes, calificó de «mala» la cifra del paro, por lo que abogó por un esfuerzo «adicional» para aproximarse al pleno empleo. Precisó, no obstante, que España cuenta con una fuerte «masa» de empleados donde «muchísima gente tiene trabajo».

Inmigrantes castigados

Que la situación es grave lo demuestra el hecho de que el deterioro afectó a todos los sectores, aunque porcentualmente fue otra vez el de la construcción el más castigado, con un crecimiento del 5,5% en el último mes y del 71% desde julio de 2007. Un total de 390.000 personas buscan trabajo en esta actividad, 162.000 más que hace un año, tras crecer en más de 20.000 en julio.

También la industria se ha visto afectada por la nueva realidad, aunque es el sector en que menos ha crecido el desempleo en los últimos doce meses. Y tampoco escapan los servicios, que han aportado casi 225.000 personas al paro (un 19% de crecimiento en el año), pese a ser una actividad que sigue generando ocupación, tal y como revela la última Encuesta de Población Activa (EPA).

En el número de contratos suscritos por empresarios y trabajadores se observa, asimismo, el efecto del parón, ya que ha bajado en un 7,3%, para situarse en 1.626.466. Sólo el 9,9% fueron indefinidos, lo que en cifras absolutas supone algo más de 160.000.

Los trabajadores extranjeros son los grandes perjudicados por el incremento del desempleo, entre otras razones por su fuerte presencia en la construcción. En julio había más de 266.000 inmigrantes parados, tras crecer en un 2,96%. Un comportamiento ‘moderado’, pese a duplicar el alza media nacional, si se compara con los datos del último año, en que la subida ha sido del 69%. En algunas zonas el deterioro ha sido espectacular, como en Aragón, con una progresión del 106%, una vez acabadas las obras de la Expo; Castilla – La Mancha, con un 89%, o Cataluña, con un 85%.

Nueva estadística

En lo que respecta a la Seguridad Social, los responsables del Ministerio de Trabajo han aprovechado las vacaciones para hacer un cambio en las estadísticas que publican, de tal forma que es muy difícil o imposible hacer un seguimiento de la evolución de la afiliación al último día de cada mes. El Ministerio ha optado por facilitar sólo los datos medios del mes – más favorables – , que en su opinión reflejan mejor la situación real del sistema, pero esa decisión ya le ha generado críticas de «apagón estadístico» desde alguna comunidad autónoma gobernada por el PP.

Según esas cifras medias, la evolución de la afiliación presenta un balance positivo de 23.270 cotizantes en julio y negativo de sólo 110.828 en un año, periodo éste en que los regímenes más castigados han sido el general y el agrario, mientras que el de autónomos ha registrado un impulso superior al 8%.