Darío Menor
Roma – Pasear por Roma, Milán o Nápoles y encontrar a soldados que patrullan las calles será una estampa habitual a partir del próximo lunes y, al menos, se prologará durante seis meses. Gracias al decreto que el Gobierno de Silvio Berlusconi preparaba desde hace semanas y que ayer firmaron Ignazio La Russa y Roberto Maroni, ministros de Defensa y de Interior, 3.000 soldados serán desplegados en las principales ciudades de Italia para combatir el crimen e intentar que mejore la sensación de seguridad entre los ciudadanos.
Del total de los efectivos, un tercio será destinado a los centros de internamiento de inmigrantes ilegales que hay repartidos por todo el país. Otro tercio deberá proteger embajadas y varios «puntos sensibles» de Roma, Milán y Nápoles. El resto será repartido en las tres poblaciones citadas y en Bari, Catania, Padua, Palermo, Turín y Verona. Los mayores contingentes estarán en la Ciudad Eterna y en las capitales de Lombardía y Campania. En total, a Roma irán a parar 1.060 soldados, lo que según el ministro Maroni no constituye «una militarización», sino un «paso adelante hacia un sistema de protección de los ciudadanos más eficaz». Según dijo, los miembros del Ejército «estarán ubicados fuera del centro de las ciudades», por lo que «aumentará el número de las fuerzas del orden» (Policía y Carabinieri) desplegados en las áreas más pobladas.
Los mil soldados que serán dedicados a patrullar las calles lo harán codo con codo con la Policía y los Carabinieri, formando grupos mixtos y con autoridad para vigilar sólo la seguridad pública. No tendrán labores de Policía Judicial y realizarán detenciones únicamente cuando se encuentren acompañados de miembros de los otros cuerpos de seguridad y si han sido testigos directos del crimen. Los militares se moverán por la ciudad a pie, algo en lo que ha insistido mucho el ministro de Defensa, porque es una forma de «conseguir mayor visibilidad».
Hasta febrero, de momento
El despliegue del Ejército en las ciudades durará hasta febrero. En ese momento, el Gobierno podrá decretar una sola prórroga de seis meses para la misión en caso de que, en su opinión, la llamada «emergencia de seguridad» continúe. La utilización de soldados para controlar las calles no se veía en Italia desde la «operación Crepúsculos Sicilianos», llevada a cabo de 1992 a 1998 para intentar frenar las operaciones de la Cosa Nostra siciliana.
Los 3.000 soldados que durante seis meses intentarán mejorar la seguridad de Italia supondrán un coste para las arcas del Estado de 62,4 millones de euros. Para los dirigentes de los sindicatos de Policía, esta cantidad «podría ser utilizada de mejor forma» si se destinara a las fuerzas del orden público. «La seguridad del país necesita de inversiones estables y estructurales. Ahora, sin embargo, se gasta el dinero en un experimento temporal», denuncia Claudio Giardullo, del sindicato Silp – Cgil.
Italia cuenta con cinco cuerpos policiales: los Carabinieri, el Cuerpo Forestal, la Guardia de Finanzas, la Policía de Estado y la Policía Penitenciaria. Desde el próximo lunes, serán seis.
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