roma. Los inmigrantes que llegaron de modo ilegal a Italia durante los seis primeros meses de 2008 ascendieron a 10.611, el doble que en el mismo periodo del año anterior. El ministro de Interior, Roberto Maroni, aseguro ayer que si se confirma la tendencia, Italia podría terminar este año con alrededor de 30.000 nuevos sinpapeles .

Maroni justificó así la decisión tomada por el Gobierno de Silvio Berlusconi, que la semana pasada declaró el estado de emergencia en todo el territorio nacional ante la llegada masiva de inmigrantes . En virtud de esta medida, 3.000 soldados serán desplegados a partir de la próxima semana para atajar la llegada de inmigrantes .

Según el ministro, lo único que el Gobierno ha querido hacer es dar una respuesta a la “presión excepcional” de esta situación.

Ayer, el Consejo de Europa se sumó a las críticas ya realizadas desde la UE contra Berlusconi estas medidas, advirtiendo de que podrían desatar una escalada de racismo.

Ésta es una de las principales conclusiones del informe que el comisario para los Derechos Humanos del Consejo de Europa, Thomas Hammarberg, elaboró tras la visita que realizó a Roma en junio.

Según Hammarberg, “la política de inmigración debería basarse en los principios de los Derechos Humanos” y no sólo en la “preocupación por la seguridad”. En este sentido, las medidas tomadas recientemente en Italia carecen de “principios humanitarios” y podrían “estimular la xenofobia”.

Entre otras medidas, el Gobierno prevé agravar las penas a los inmigrantes que delincan si además no tienen los papeles en regla y aumentar el control sobre los gitanos europeos que, como miembros de la UE, entran en Italia de modo legal.