En España

En medio de una política migratoria que busca disminuir la llegada de más extranjeros a España, los inmigrantes indocumentados ven en los matrimonios por conveniencia (con españoles) un salvavidas que les permita regularizar su situación en el país ibérico y gozar de todos los derechos.

Aunque no existen datos oficiales de bodas arregladas, las autoridades reportan un aumento de ellas, según publicó diario El País de España. En el 2007,  el Ministerio de Justicia paralizó 500 matrimonios civiles sospechosos entre españoles y extranjeros.

Si se sigue la tendencia del primer trimestre de 2008, el año acabará con 516, un número bastante alto si se compara con los 70 casos del 2000, agrega el periódico.

En el Boletín Oficial del Estado (17 de febrero del 2006) se advierte esta realidad en creciente aumento en España y muestra “una serie de directrices” para que los registros civiles aborden el tratamiento jurídico de este fenómeno.

La policía interviene en los casos en los que participan bandas delictivas, como ocurrió recientemente en Mallorca, Murcia, Valencia o Castellón, pero los particulares, en muchas ocasiones, logran su objetivo.

“Solo en Andalucía se investigaron 84 matrimonios posiblemente fraudulentos”, según la Jefatura de Policía de Andalucía. “También aumentó el número de matrimonios mixtos (entre españoles y extranjeros) que son sinceros”, observa Pilar Blanco – Morales, directora general de registros y notarías.

Desde las parroquias, es muy difícil reconocer las bodas arregladas, destaca El País. La diócesis andaluza informa de que “la Iglesia no es la vía más fácil para casarse por conveniencia”. Se necesita la partida de bautismo (muchos extranjeros la tienen en sus países de origen) y un permiso eclesiástico en el caso de no ser católicos. Además, la Iglesia no reconoce el divorcio.

Ángela Moreno, sevillana de 38 años, admitió haberse casado con un senegalés y un marroquí “sin dinero de por medio y para que ellos pudieran quedarse en España”. Esta licenciada en Ciencias de la Educación por la Universidad de Sevilla y con varias publicaciones sobre la inmigración critica el sistema español: “Yo hago lo que debería hacer el Estado: regular la situación de los inmigrantes ”.

En tanto, Carmen Baldrich, experta jurídica en Migraciones Internacionales, comprende los motivos por los que un inmigrante “ya desesperado” busca “una vida mejor”.