El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, apostó ayer por realizar una “gestión compartida” de la inmigración “ilegal” junto con las autoridades de Mauritania, a cuyo presidente, Sidi Ould Cheikn Abdallahi, acompañó en una rápida visita a la Exposición Internacional Zaragoza 2008.

En una breve intervención, Rubalcaba dijo que ambos países comparten la misma “visión” sobre la inmigración ilegal y expresó que “España y Europa no pueden cerrar sus fronteras” físicamente.

Precisamente, Mauritania ha cobrado relieve en el mapa internacional de la inmigración, ya que la presión policial en Marruecos ha derivado el tránsito de inmigrantes ilegales del interior de África hacia Europa a través de Mauritania, cuyas costas se hallan al sur de la playa canaria de Los Cristianos, por lo que numerosos traficantes de trabajadores utilizan el país africano para realizar sus envíos en cayucos.

De ahí el interés de Pérez Rubalcaba por mantener un “compromiso de cooperación” con Mauritania, como expuso ayer el ministro, quien defendió la colaboración en economía, educación y lucha contra el crimen organizado. Mauritania ha sido, además, escenario de varios atentados terroristas de Al Qaeda. “La defensa de nuestros intereses es compatible con los intereses de cualquier otra nación”, opinó el ministro, quien defendió una sociedad más justa y solidaria, a favor de la paz y la justicia. Ahí “nos encontraremos”, prometió el ministro de Interior.

Por su parte, el presidente mauritano, Sidi Ould Cheikn Abdallahi, centró su intervención en la política hidráulica y ambiental, al tiempo que recordó que este país, ubicado en el Sahel africano, sufre una prolongada sequía que ha perjudicado especialmente a los habitantes del medio rural. El 70% de los habitantes del medio rural mauritano se encuentran por debajo del nivel de la pobreza.