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La preocupación de los vascos por la inmigración se reduce a la mitad en un año

Deia, Idoia Alonso, 29-07-2008

Bilbao. La percepción de la inmigración está cada día más normalizada en la CAV. Según el último barómetro realizado por el Observatorio Vasco de la Inmigración (Ikuspegi), el 7,2% de la población vasca considera la inmigración como un problema, justo la mitad que el año pasado. Esta visión favorable hacia las personas que llegan de fuera se extiende a sus costumbres y prácticas religiosas. De hecho la mayoría opina que la diversidad cultural enriquece la sociedad.

Sin embargo se plantea una inmigración basada en el modelo de asimilación con más intensidad que en el barómetro del año pasado, sin que ello signifique los inmigrantes deban renunciar a sus señas de identidad. El 55,7% de las personas encuestadas afirma que es bueno que la sociedad esté formada por diferentes culturas, etnias y religiones. El 65,1% – 12 puntos más que en 2007 – estima que las prácticas religiosas de los inmigrantes no ponen en riesgo el estilo de vida de Euskadi y el 59% no es partidario de que este colectivo abandone su cultura y costumbres. Sin embargo, la población vasca se sigue mostrando muy reticente a modificar su idiosincrasia para favorecer la integración de este colectivo.

Casi el 88% – 6 puntos más que el año pasado – opina que los autóctonos no tienen que renunciar a sus costumbres frente a un 79% que piensa que deben ser las personas extranjeras quienes adopten el modo de vida de la CAV. En general, y cada vez con más intensidad, la población no siente amenazada su identidad vasca ni el euskera por constante llegada de extranjeros.

Año a año se reproduce la idea del impacto positivo de la inmigración sobre la economía. La mayoría piensa que la población extranjera permite en términos generales que la economía funcione mejor y que se cubran puestos de trabajo que no desean las personas nativas, a cambio de los efectos negativos en el salario y en el perjuicio que genera a los sectores más vulnerables de la sociedad.

Otro de los datos curiosos que se pueden extraer de este estudio es que la ciudadanía vasca tiene una percepción exagerada del volumen de inmigrantes que hay a pesar de que la CAV es una de las comunidades autónomas del Estado en la que residen menos extranjeros. Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en los tres territorios residen 116.650 personas extranjeras, lo que supone un 5,4% de la población. En el Estado el peso de la población extranjera se ha multiplicado por 8 en la última década y supone ya el 11,3%.

Persisten los prejuicios A pesar de todo, aún no se han desterrado ciertos estereotipos falsos que acrecientan la visión negativa asociada a este colectivo, como que las personas extranjeras se benefician en exceso del sistema de protección social. De hecho este tipo de prejuicios se ha incrementado respecto de 2007, aunque ha descendido en 10 puntos el porcentaje de gente que relaciona la inseguridad ciudadana con inmigración. A tenor de los datos extraídos del barómetro, el 64% considera que las personas inmigrantes pagan menos impuestos que el resto de la población y reciben más. Un porcentaje similar (63,3%) considera que la inmigración abusa de los recursos que genera la sociedad del bienestar.

Respecto a la política de inmigración, el 81% es partidario de permitir la entrada de inmigrantes a cambio de un contrato laboral, 3 puntos menos en el barómetro del año anterior. De todas formas, el contrato sigue considerándose garantía suficiente para gran parte de la sociedad porque genera certidumbre y elimina recelos.

Al detalle

· Percepción del problema. Los vascos no viven la inmigración como un problema. Sólo un 2% lo menciona espontáneamente y un 7,2% opina de este modo cuando se le pide que haga un listado con los tres problemas más graves de la CAV. El año pasado ese porcentaje se situaba en el 15,2%.

· Diversidad. El 55,7% es favorable a una sociedad diversa y la mayoría opina que las personas inmigrantes no deben abandonar ni sus practicas religiosas ni su cultura.

· Asimilación. En el último año ha crecido el número de vascos que no está dispuesto a cambiar su cultura y tradiciones para favorecer la integración de la población extranjera.

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