Inmigración: problema o revulsivo

El Periodico, CARLES Duarte, 28-07-2008

Del barómetro de verano del CEO se ha destacado que CiU supere al PSC en intención de voto por primera vez desde el noviembre del 2006. Deberá seguirse la evolución de este dato para analizar la repercusión de la negociación de la nueva financiación o la sentencia sobre el Estatut. Entre los aspectos más interesantes del barómetro se encuentran las principales preocupaciones de los ciudadanos.
En esta ocasión, aparecen en primer lugar la economía y el paro. Sin embargo, en tercer lugar está la inmigración, por encima del acceso a la vivienda. No nos puede sorprender, pues, que la inmigración haya sido objeto de debate en los recientes congresos de los partidos. En el Museu d’Història de la Ciutat de Barcelona acaba de inaugurarse la exposición Barraques. La ciutat informal, que nos ofrece una muestra impresionante del impacto profundo que produjeron en el tejido urbano de Barcelona y de su entorno las oleadas inmigratorias del siglo XX. Más allá de los discursos y las polémicas, está el testigo conmovedor de la dureza de las condiciones en las que tuvieron que vivir muchos inmigrantes de otras partes de España.
Hoy la inmigración tiene una naturaleza más compleja debido a la gran heterogeneidad de orígenes. Los políticos deben ocuparse de ello con seriedad y sin demagogia. Por un lado, procurando que no lleguen más inmigrantes de los que podamos absorber. De hecho, los últimos datos indican claramente que la crisis frena el flujo. Y, por el otro, poniendo las condiciones para facilitar su integración: asegurando su atención educativa y sanitaria, la inclusión profesional, evitando que se constituyan comunidades completamente aisladas y desconectadas de la realidad histórica del país.
Inmigración no puede ser equivalente de marginalidad. Para lograrlo, tanto o más esencial que la actuación de las administraciones es el trabajo de las entidades. Son un exponente magnífico de ello las más de 50 candidaturas presentadas a los premios Francesc Candel de la Fundación Lluís Carulla para distinguir experiencias y proyectos de entidades que trabajan para favorecer el respeto, el diálogo y la integración. Encontramos iniciativas como la edición de materiales pedagógicos que ponen en relación el catalán con las lenguas de los nuevos inmigrantes , la organización de festivales de cine, actividades de difusión del patrimonio natural y cultural de Catalunya…
Es necesario que los inmigrantes no vean el país desde fuera, porque al fin y al cabo acabará siendo también su país, sobre todo el de sus hijos, y que valoremos el bagaje humano que aportan, no desde la ignorancia y el rechazo, sino desde la voluntad de incorporarles a un proyecto de futuro del que ya forman parte.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)