"La cultura es la mejor herramienta para conocerse"
Un músico africano y una poeta rumana muestran ejemplos de enriquecimiento
Las Provincias,
,
28-07-2008
Kuami y Adriana no se conocían, pero rápidamente entablan una interesante conversación mientras les fotografían:
– Un artista necesita sufrir – empieza a explicar Adriana.
– Yo no sufro, yo disfruto de la vida – bromea Kuami.
– El arte sale del alma y para crear hay que preocuparse de verdad por algo, sentirlo – replica.
De origen rumano, Adriana Vidroiu Stanca, escribe poesía, dirige la revista cultural Nou Horizont y hace un año tradujo al español el primer cuento de su país, La cabra y los cabritillos (editorial Money Gram). Insiste en que muchos “inmigrantes ” y, en especial los artistas, “no sólo cambian de país porque se mueren del hambre, sino para aprender más cosas, por crecer, para enriquecerse”.
En primer lugar, tanto Adriana Vidroiu como Kuami Mensah, músico natural de Benin pero que se define como “africano”, coinciden en una cosa: “Cuando nos hemos movido y estamos aquí, ya no nos consideramos inmigrantes ”.
Adriana salió de Rumanía hace ocho años y sostiene la emigración es “un riesgo limpio, igual que un parto”. Kuami le pregunta: “¿Puedo decirlo en mis conciertos?”.
La poeta del país de Drácula – “vivía a un kilómetro de su castillo”, cuenta divertida – escribe desde siempre pero el “deseo de transmitir” le surgió en España. Opina que puede aportar “otra manera de abordar la poesía, otro ritmo”.
No cree que la cultura española sea muy diferente de cualquier otra latina, como la rumana, la italiana o la francesa. “Otra cosa diferente es la religión”, puntualiza.
“No hay ninguna cultura perfecta”, añade el vocalista y bajista. “No acepto todo lo que hay en África ni todo lo de aquí. Me quedo con lo bueno de África y de aquí”, subraya.
“La cultura es un campo abierto”, apostilla Adriana, quien propone a todo el mundo viajar: “Yo prefiero ser una inmigrante manchada de polvo y de paisaje”. La cultura “es la mejor herramienta para conocernos”.
Ellos tienen una clara ventaja, a diferencia por ejemplo de los inmigrantes hispanoamericanos: “Conocer otro idioma es bueno”.
La música de Kuami Mensah y Afasa es “afro – latin – reggae”, con canciones en idioma mina o ewe (de Benin, Togo y Ghana), en español, en inglés y en francés, bien en las letras completas o bien los estribillos.
El grupo nació por iniciativa de un japonés, Kimito, el guitarrista y tiene entre ocho y once componentes españoles (bajo para conciertos, teclados, trombón), brasileños (batería y saxo), colombianos (teclados) y cubanos, Wilma la corista y Julio Moltavo, que además se encarga de los arreglos de instrumentos de viento.
“No hay cultura perfecta o ideal. La interculturalidad nos puede llevar a la paz”, prosigue Kuami.
Por este motivo, Adriana insiste en que es muy importante que las entidades sociales o culturales busquen públicos autóctonos y extranjeros, al 50%. Sus poesías se publican en rumano y español y su revista es trilingüe, porque incorpora contenidos en valenciano. Y participa con textos en los cuadernos de la Asociación de Vecinos de Benimaclet.
Reivindicaciones
A pesar de que su padre fue un músico muy conocido en África (Gnonnas Pedro, del grupo Africando), Kuami recuerda que quiso labrarse su propia trayectoria. “Mi primer instrumento lo hice con una guitarra española. Los cables de los frenos de la bicicleta los ponía como cuerdas. Era un sufrimiento dulce, porque yo estaba orgulloso”, relata.
Esa determinación le llevó a mantenerse en Valencia. “Cuando llegué me dijeron que, para lo que yo hacía, tenía que irme a Madrid o Barcelona”, argumenta. Ahora, los que decían aquello ya no se acuerdan. Con su banda hace unos 40 conciertos al año.
Uno de sus mejores recuerdos procede de un concierto, cuando un español de 60 ó 70 años le confesó: “Pensé que venía a escuchar pasodobles, pero me he quedado hasta el final para decirte que me gusta mucho lo que haces”.
Y uno de sus deseos es que, algún día, “vengan a mis conciertos los que, por ignorancia, me han escupido en la calle, porque ya no volverán a hacerlo”.
Adriana y Kuami comparte otra cosa, ambos son activos miembros de entidades sociales y asociaciones de inmigrantes . El músico, que tiene dos discos Novi Novi (La hermandad) y Minon M’Zon (Estar despiertos), no reprime su vena reivindicativa: “Nadie necesita compromisos, contratos ni cursos de integración. Lo que nos hace falta a todos es conocernos”.
Y también se acuerda de “la necesidad de votar un estatuto de artista profesional”, con un caché mínimo, cotizaciones y un reconocimiento “que nos dignifique”.
(Puede haber caducado)