La llegada de extranjeros frena pero no evita el proceso de despoblación en el interior
Ciudadanos del Este y anglosajones, principales colonias de inmigrantes
Las Provincias,
,
28-07-2008
Que las localidades del interior de la Comunitat sufren una incesante y paulatina despoblación no es ninguna novedad. Estas comarcas han ideado decenas de estrategias para combatir este fenómeno que, en el mejor de los casos, se ha logrado frenar, pero no se puede alardear sin riesgo de que se haya parado definitivamente. Los Ayuntamientos han orientado su punto de mira hacia los inmigrantes , un gran grupo social que en muchas ocasiones se caracteriza por fijar su lugar de residencia en el lugar donde tengan trabajo. Estrategias para atraer a estas personas han paliado en parte el proceso. La realidad es que los núcleos más pequeños vienen perdiendo habitantes irremediablemente.
Los datos caen como losas. Los Serranos y el Rincón de Ademuz son un ejemplo más que gráfico de cómo funciona el fenómeno de la despoblación. Ambas comarcas están dedicadas prácticamente a la agricultura y la ganadería. Las condiciones de vida son duras, lejos de las comodidades que ofrecen grandes urbes como Valencia y su área metropolitana.
Menos servicios como centros educativos o sanitarios. Escasez de locales comerciales y de ocio. Carreteras que no han sido reparadas en años y, sobre todo, una climatología severa. Algunos de estos municipios incluso se quedan incomunicados cuando llegan los grandes temporales. Eso cuando hay intensas nevadas, por ejemplo, en Puebla de San Miguel, pequeño municipio del Rincón de Ademuz.
Televisión, teléfono móvil o internet de alta velocidad son palabras que suenan todavía a ciencia ficción para muchos de los vecinos de esta comarca y la de los Serranos. Con estas condiciones de vida, han sido muchas las familias que han decidido emigrar hacia la costa (y en algunos casos rumbo a Teruel o Cuenca). Esto ocurre, sobre todo, cuando los hijos crecen y deben cursar estudios superiores y, lógicamente, tampoco pueden cerca de casa.
Recurrir a los extranjeros como vía para frenar esta despoblación ha sido un reflejo casi involuntario. Los Ayuntamientos están más bien centrados en mejorar las infraestructuras y generar puestos de trabajo. Respecto a lo primero, la principal reivindicación es la mejora de las carreteras y de los servicios de transporte públicos.
Sobre los puestos laborales, estos suelen limitarse a los de las explotaciones agrícolas y ganaderas, brigadas forestales y empleos derivados de subvenciones autonómicas, estatales y europeas. Esta quizás es la razón por la cual los extranjeros han optado por estas poblaciones.
La mayoría de los inmigrantes de los Serranos, de hecho, son ciudadanos del este de Europa. En esta tendencia hay una clara excepción: las colonias de británicos. Los anglosajones pueblan algunas urbanizaciones y barriadas de localidades próximas a Camp de Túria, relativamente más cerca de Valencia pero alejadas de la capital.
Son súbditos, en su mayoría, de un perfil similar a los que también se han establecido en localidades costeras de la provincia de Alicante: personas que han llegado a la jubilación y buscan climas más cálidos para vivir. Los inmigrantes anglosajones han formado verdaderas colonias en localidades como Villar del Arzobispo, Domeño o Pedralba.
Algunos comercios, como algún que otro bar o tienda ultramarinos están incluso regentados por ingleses. Esto ocurre con la cafetería del Polideportivo de Domeño, donde los ingleses y resto de aficionados pueden ver partidos de la Premier League. Incluso se han llevado publicaciones con reportajes y ofertas de viviendas dirigidas expresamente al público anglosajón.
Se trata de colonias perfectamente adaptadas a la vida de estas poblaciones y que han logrado incluso frenar la despoblación. De hecho, tanto Villar, como Pedralba y Domeño han experimentado desde el inicio del siglo XXI un ostensible incremento en su censo.
Condiciones más duras
Son las localidades privilegiadas del interior. Cuanto más lejos de Valencia, la situación es peor, pues las condiciones de vida son más duras y los recursos y servicios, menores. Aquí la despoblación es más acelerada y los fenómenos que pueden frenarla, escasos. Andilla es uno de un claro ejemplo de ello.
“Los niños deben ir al colegio de Villar y para que nos atienda el médico también debemos desplazarnos allí. Hay autobús sólo los jueves y casi no tenemos recursos. Necesitamos ayuda, no sólo de las instituciones, sino también de inversores privados que apuesten por el turismo de esta comarca”, indicó Celestino Perales, alcalde de Andilla.
Esta pequeña localidad cuenta con un censo que no llega a los 400 habitantes. “Hace cuatro o cinco años nació un niño y fue todo un acontecimiento que hacía 30 que no se daba. Es un problema que no sólo es de Andilla, sino de toda la comarca. Alcublas, Higueruelas, Ademuz… si pregunta de dirán que están como nosotros”, afirmó Perales.
El alcalde de Andilla consideró “primordial” que se mejore la carretera entre su localidad y Alcublas. “Los servicios son básicos. Se estudian formas para frenar la despoblación pero, ¿cómo se crean puestos de trabajo? Subastamos una concesión para el bar, el adjudicatario la traspasó y luego dejaron de abrirlo. Ahora está cerrado”.
“No creo que llegue a no vivir nadie en nuestras localidades. Siempre hay quien quiere residir en el interior”, comentó Perales. La alcaldesa de Alpuente, María Amparo Rodríguez, se mostró aún más optimista al considerar que la CV – 35, cuando por fin finalicen las obras, va a ser un motor para los Serranos.
“No nos podemos quejar de las instituciones, las inversiones son mayores que en otros lugares. También es cierto que las necesidades son muchas”. Rodríguez cree que las mejoras en la pista de Ademuz fomentarán la llegada de habitantes a las localidades de interior:
“Valencia está a 60 minutos y los trabajadores de profesiones con horarios flexibles pueden vivir aquí”. Es una puerta a la esperanza de una comarca que necesita frenar urgentemente la despoblación: inmigrantes y españoles, todos necesitan empleo y servicios relativamente cerca de casa. Es el centro del problema del interior.
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