La 'caza' de gitanos desatada en Italia elevará el número de rumanos en Euskadi

Diario de noticias de Gipuzkoa, jorge napal, 26-07-2008

A la asociación Cárpatos, que lucha por la integración, le preocupan las consecuencias

Donostia. “No tengo ninguna duda de que buena parte de esos gitanos van a venir aquí, y no en las mejores condiciones”. Aurel Toma, presidente de la asociación Cárpatos, colectivo que trabaja por la integración de los rumanos en Euskadi, vive estos días con preocupación las previsibles consecuencias del paso que ha dado el Gobierno de Italia al elaborar un censo de gitanos con el fin de expulsar a todos los que no sean nacidos en el país y estén en situación irregular.

El discurso de mano dura anunciado por el Gobierno de Silvio Berlusconi contra la inmigración ilegal ya es un hecho: redadas espectaculares a lo largo del país, allanamientos de campamentos romanís y ataques a barriadas han llevado a prisión a varios cientos de inmigrantes . En la mira de estas medidas están los gitanos, provenientes sobre todo de Rumanía, cuya presencia es cada día más notable en Euskadi, en unas condiciones de vida, con frecuencia, paupérrimas.

El ministro del Interior italiano, Roberto Maroni, ya ha puesto en marcha el censo anunciado, tanto de menores como de adultos, lo que ha generado una fuerte polémica por el “prejuicio” que se ha desatado. De hecho, las fuerzas del orden se personaron hace unas semanas en un campamento de Nápoles para tomar las huellas digitales de sus habitantes.

La hipótesis de que buena parte de este colectivo se vea obligado a tomar nuevo rumbo también es avalada por el Gobierno Vasco, aunque, según las fuentes consultadas, el destino más probable para estas personas será el “norte de Europa”. “A pesar de los buenos servicios sociales de aquí, tenemos informaciones que indican un posible éxodo hacia esos países”, recalcan.

Esta versión contrasta con la que maneja el presidente de la asociación rumana. Por los contactos que ha mantenido, se muestra convencido de que Euskadi recibirá “más compatriotas” y, sobre todo, le preocupa la situación que pueda originarse a partir de ahora, “ya que no beneficiará en nada al colectivo”.

a la caza del inmueble No hay más que echar un vistazo a los constantes asentamientos que vienen protagonizando estas personas en los últimos tiempos, siempre a la caza del inmueble abandonado para convertirlo en su morada ocasional.

Al describir esta situación, las palabras del presidente de la asociación adquieren cierto tono crítico. No quiere que se le malinterprete. De hecho, todas estas personas de vida errante son sus “paisanos”, pero se muestra “cansado” de la estampa que ofrecen, sumidos en una mendicidad más propia de la posguerra que del siglo XXI. “Es cierto que no disponen de medios, pero tampoco se dejan ayudar, y muchos de ellos, además, recurren con frecuencia al robo. Fuerzan una situación que no se corresponde con la realidad y yo mismo, cada vez que les veo pidiendo limosna frente a las tiendas, trato de evitar que les den un céntimo porque no resulta conveniente”, asegura.

Para reconducir esta situación, Toma ha mantenido reuniones con representantes institucionales, como el secretario general del PSE – EE, Patxi López, y el presidente del Partido Popular del País Vasco, Antonio Basagoiti. “Ambos me han dicho que conocen la situación en la que viven estas personas, pero reconocen que no pueden hacer nada. La verdad es que nos sentimos como unas marionetas”, lamenta.

libre acceso En realidad, todo rumano, sea gitano o no, sufre la condición de ser europeo pero no trabajar como tal. Puede transitar libremente por el territorio, pero no optar al trabajo en las mismas condiciones que un comunitario. Todo ello es consecuencia de la moratoria diseñada por el Gobierno central, que dificulta a los rumanos el libre acceso como europeos al mercado laboral español hasta finales de año.

En realidad, una vez agotada la moratoria, el colectivo rumano tampoco ve con especial optimismo la posibilidad de que puedan cambiar sustancialmente las cosas. “Vivimos una situación de engaño porque nuestra única salida es trabajar como autónomos cobrando 500 euros al mes, lo cual no provoca una situación de esclavitud, pero casi. ¿Cómo va a trabajar la gente por cuenta propia si no disponen de capital?”, se pregunta.

La única salida que están encontrando estas personas consiste en introducirse en el mercado laboral cruzando los dedos con la esperanza de poder hacer frente a las deudas que van contrayendo. El problema, según relata el presidente de la asociación Cárpatos, es que cada vez más inmigrantes se ven “desbordados”.

La situación que atraviesa el pueblo gitano es, en este contexto, la más lacerante. No en vano, el 16 de septiembre se llevará a cabo una reunión de las asociaciones de gitanos de toda Europa con la UE. Se trata de un encuentro que estaba previsto antes de que ocurrieran las persecuciones en Italia, pero ahora se quiere instar a las autoridades europeas a que remedien la represión. Si no se encuentra respuesta por parte de la UE, no descartan denunciar en los tribunales la actuación del gobierno italiano.

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