Ecuador y Bélgica alcanzaron un acuerdo de migración que «contrarresta la directiva de retorno» que aprobó el 18 de junio la Unión Europea (UE) para expulsar a los inmigrantes clandestinos, informó ayer la cancillería de Quito.

«Este instrumento, que servirá de ejemplo para futuras negociaciones bilaterales con otros países europeos, consagra el principio de la libre movilidad, así como el del retorno voluntario, digno y sostenible de los emigrantes», agrega la declaración.

El acuerdo prevé además un proceso de regularización para los ecuatorianos indocumentados en Bélgica, país con el que Quito mantuvo un roce diplomático en agosto del 2007 por la detención de dos ecuatorianas que residían en territorio belga ilegalmente.

La directiva de retorno armoniza las condiciones de expulsión de los inmigrantes irregulares en la Unión Europea con períodos de retención de hasta 18 meses a quienes rehúsen irse voluntariamente, además de imponer una prohibición de cinco años para regresar al territorio del bloque.

El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, calificó esa norma como «directiva de la vergüenza», y promueve una resolución de condena entre los países andinos.

Nueva Carta Magna

La Asamblea Constituyente ecuatoriana aprobó con los votos de la mayoría oficialista la nueva Carta Política de Ecuador, que deberá ir a referendo en septiembre, y con la cual el presidente Rafael Correa busca regular la economía y habilitarse para la reelección.