Otro sudoku en inmigración

ABC, POR E. VILLAREJO. VALENCIA, 24-07-2008

El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero se ha acostumbrando a los juegos de cifras, los «sudokus» japoneses, como ya reconociera el ministro de Economía y Hacienda, Pedro Solbes, en su célebre comparación en medio del debate estatutario y de financiación. Números aquí, comunidades autónomas allá, siglas políticas más acá y «voilá»… más comensales que pastel.
Con la inmigración va camino de convertirse en una situación similar tras la improvisación que ha imperado en la planificación del Gobierno hasta la llegada de Celestino Corbacho al Ministerio de Trabajo e Inmigración que, sin complejos, ha desterrado la era Caldera y quiere poner solución a un «sudoku» nada ocioso cuyas variables giran en torno a un drama humano.
En primer lugar: los menores e inmigrantes ilegales que llegan a Canarias. El ministro insiste ahora por carta en que las comunidades deben hacer un esfuerzo y acoger a los menores que colapsan los centros de Canarias. En este punto, la Conselleria de Inmigración valenciana no pone pega alguna, eso sí, quiere que se le reconozca el derecho a una financiación justa segunda variable «para prestar una asistencia sanitaria, psicológica, social, educativa adecuada», como reconoce el conseller Rafael Blasco. He aquí el «sudoku» que tiene encima de la mesa Corbacho en un momento en que todas las vacas son flacas.
En lo que va de mes de julio la Comunidad Valenciana ha recibido 60 inmigrantes desde Canarias (360 en todo el año), mientras que otras comunidades apenas han habilitado centros de acogida para aliviar la situación.
El desempleo ha obligado al Gobierno a habilitar un plan extraordinario de orientación, formación profesional e inserción laboral con una inversión de 201 millones. ¿Dónde creció más el desempleo? En Murcia, Comunidad Valenciana e Islas Baleares. ¿Qué comunidades saldrán más beneficiadas? Andalucía y Cataluña. Otra incoherencia.
Corbacho ha decidido recoger el guante lanzado en las páginas de ABC por el conseller de Inmigración quien reclamó un Pacto de Estado sobre Inmigración. «Tenemos que alcanzar las deseadas cotas de control, legalidad y cohesión social, así como de integración y convivencia», suscribe el ministro quien con buen criterio quiere acabar con la época en la que las Comunidades se enteran por fax, y un día antes, del traslado de inmigrantes desde Canarias (como todavía sucede). Quiere un «sudoku» en el que todos colaboren a rellenar el espacio en blanco. Difícil solución, pero no irresoluble.

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