JAUME V. AROCA / LUIS IZQUIERDO – Madrid
El ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho defendió ayer con ahínco en la comisión del Congreso los espacios de bienvenida educativa que la Generalitat empezará a experimentar el el próximo curso. Corbacho, de hecho, replicaba al portavoz de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, quien, en su turno de intervención, señaló esta iniciativa de la Generalitat como uno de los síntomas del giro derechista que, en su opinión, ha emprendido el partido socialista en materia de inmigración.

Corbacho defendió sin ambages la experiencia de estos espacios. “No puede ser que los alumnos que llevan cuatro meses de trabajo en su aula deban empezar de nuevo el curso porque ha llegado un nuevo alumno”. “En Reus – uno de los municipios donde se desarrollará la experiencia piloto- en un año han recibido más de mil alumnos nuevos durante el curso. La presión en la escuela y la presión en la comunidad educativa lleva a etos centros al fracaso escolar. Y esto es lo que pretendemos combatir”.

“Si en algo ha habido consenso en Catalunya de todas las fuerzas políticas – concluyó Corbacho- es en no segregar a ningún alumno por su lengua. Nunca se ha hecho. Pero es evidente que hay un problema cuando en estas escuelas, para comunicarse con las familias, en el tablón de anuncios, han de colgar las notas en seis idiomas distintos”.

El titular de Trabajo defendió la necesidad de un recorte en derechos como la reagrupación familiar – la reforma de la ley que impulsa el Gobierno dejará fuera a los padres y los hijos mayores de 16 años- como fórmula para preservar el estado del bienestar. En concreto, Corbacho puso como ejemplo que lo que no puede suceder es que familias españolas con pocos recursos se estén quedando sin becas de comedor para sus hijos porque las que había disponibles se las están llevando ahora familias de inmigrantes , que, dejó claro el ministro, también tienen derecho a ellas.

En opinión del ministro, el flujo migratorio no va a detenerse en los próximos años: “España y Europa seguirán necesitando más inmigración”, señaló, por lo que insistió en la necesidad de reforzar los mecanismos de control que eviten las llegadas de forma irregular. Al tiempo, Corbacho rechazó de forma taxativa que pueda volver a producirse un nuevo proceso de documentación. “No estoy de acuerdo con ninguna política de regularización masiva”, respondió el ministro a las preguntas de Llamazares sobre lo que va a hacer el Gobierno con los cientos de miles de irregulares que viven en España sin los documentos precisos.