El drama de la inmigración sigue arrojando imágenes desgarradoras, y esta vez lo hace en las playas de la provincia. En Algarrobo ha aparecido el cadáver de un pequeño de dos años y ya se ha apuntado la posibilidad de que se trate de algunos de los críos cuyos cuerpos sin vida fueron lanzados al mar desde las pateras en las que intentaban alcanzar las costas andaluzas para participar del sueño europeo, en brazos de sus madres. Asu modo, la marea no olvida, y recuerda que hay centenares de cadáveres bajo sus aguas, centenares de vidas que encontraron la peor de las muertes en noches gélidas y oscuras, después de haber sido engañadas por mafias que se lucran con el tráfico de seres humanos, como si fueran mercancía que se puede arrojar al mar. 1.200 euros por un viaje a la muerte, pagados por personas que llegan a creer lo que les dicen: España está a un paso. Luego ya no hay marcha atrás. El mar sólo puede devolver lo que queda de ellos.