Una mañana de pesca de lo más desagradable. Así podría calificarse la jornada que vivió ayer un pescador que estaba disfrutando de su pasión favorita en la playa de Mezquitilla, en Algarrobo – Costa. A las 5.45 horas se percató de la presencia en la orilla de un bulto de medianas dimensiones, envuelto en plásticos. Cuando se acercó, comprobó que se trataba de un tronco humano de un menor de raza negra. Inmediatamente, avisó a la Guardia Civil, que se trasladó al lugar y confirmó que se trataba de un niño de origen subsahariano de dos años, según las fuentes consultadas por SUR.

El cadáver se encontraba en avanzado estado de descomposición, carecía de cráneo y presentaba numerosos restos de mordeduras de peces y animales marinos, según ha podido saber este periódico. Otras fuentes apuntaron que el pequeño podría tener entre dos y cuatro años. En la orilla aparecieron varios restos del cuerpo del menor, que fueron trasladados junto con el cadáver al Instituto de Medicina Legal de Málaga, donde se le practicó la autopsia. En todo caso, se trataría de un menor, que con casi toda probabilidad viajaba en una de las dos pateras que hace unas semanas naufragaron frente a las costas de Almuñécar (Granada) y Almería.

El cuerpo sin vida del pequeño estaba envuelto en numerosos plásticos y se encontraba también con gran cantidad de ropa de abrigo, según manifestaron las fuentes consultadas, que añadieron que el levantamiento del cadáver tuvo lugar antes de las 8.00 horas de la mañana. A pesar de lo temprano del suceso, fueron muchos los vecinos que se asomaron a sus ventanas e incluso bajaron a la playa para interesarse por lo sucedido. Todos coincidieron en lamentar lo trágico del hallazgo y su dolor y solidaridad con los familiares.

1.200 euros por viaje

La alcaldesa de Algarrobo, Natacha Rivas (PA), confirmó que el hallazgo se produjo a primera hora de la mañana y apuntó que la Guardia Civil cree que el cadáver pertenecía a una de las pateras que naufragó hace unos días frente a las costas granadinas o almerienses. En una de estas embarcaciones, que se localizó frente a la costa almeriense, viajaban hasta 47 personas de origen subsahariano, de las cuáles 14 fallecieron.

De este número, nueve eran niños de entre uno y cuatro años, que fueron arrojados al mar, según los testimonios de los supervivientes. Todos los tripulantes procedían de Kenia, Gambia, Senegal, Nigeria y Camerún. Iniciaron su odisea en una zodiac de seis metros de eslora partiendo desde Alhucemas, donde cada uno de ellos pagó 1.200 euros por el dramático viaje.