Aguas de la muerte
Prensa Libre, 20-07-2008
Apesar de las extremas condiciones de riesgo, muchos migrantes africanos emprenden peligrosas travesías marítimas para llegar a España, situación que conmueve y preocupa al Gobierno español después del caso más grave ocurrido este año, en el que murieron 15 personas, entre ellas, nueve niños, cuando intentaban llegar a costas ibéricas desde Marruecos.
En el momento de la interceptación de la barcaza el 10 de julio último —que permaneció a la deriva en el mar Mediterráneo unos cinco días— había también una mujer muerta entre los 33 sobrevivientes, muy debilitados por la dura travesía, que fueron atendidos de inmediato por servicios médicos.
Según informó la Cruz Roja española, también había varias mujeres embarazadas a bordo de la rudimentaria embarcación. Una de estas mujeres perdió al hijo que esperaba.
Pero el haber salvado su vida no fue suficiente para las leyes, que no prevén ninguna clase de asilo por naufragio, debido a que los migrantes rescatados del cayuco —entre ellos, el único bebé que logró sobrevivir— recibieron expedientes de expulsión de ese país luego de la frustrada travesía hacia España.
Las llegadas de migrantes a bordo de barcos de pesca africanos a motor o frágiles cayucos se multiplicaron las últimas semanas en las Islas Canarias y en la costa meridional española, animados por las condiciones meteorológicas estivales.
Según datos oficiales, 69 personas han muerto en lo que va del año cuando trataban de llegar al sur de España en busca de trabajo. Sin embargo, la cifra real es difícil de determinar, porque la mayoría de los migrantes muertos durante las travesías desaparece en las aguas y solo testimonios de los sobrevivientes permiten hacer un cálculo aproximado.
“Un sistema de vigilancia más eficaz es lo que está produciendo los muertos: en la medida que se restringe, que se pone dificultades a la llegada de los migrantes, las personas asumen más riesgos”, considera Francisco Majuelos, responsable de la Asociación de Defensa de los Derechos Humanos de Andalucía.
“El problema es complejo, hay varias soluciones, pero un elemento imprescindible para intentar reducir los flujos migratorios es la ayuda al desarrollo en los países pobres”, asegura Majuelos.
El Gobierno socialista español se declara consciente de que una política de represión no sirve como única solución, y multiplica desde hace varias semanas sus llamamientos a los países occidentales para que intensifiquen su ayuda en África.
“La situacion es cada vez mas grave y preocupante en algunos países de África subsahariana, debido a la evolución de la crisis alimentaria y de la extensión de la miseria extrema”, expresó el jefe de Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, en relación con el drama marítimo.
“O ayudamos a África a luchar contra la extrema pobreza, o nuestro estado de solidaridad y estado social estará en peligro”, advirtió Zapatero.
“Es una tragedia terrible, casi insoportable, ver cómo seres humanos pierden la vida, niños incluidos, mientras intentan salir de la pobreza”, lamentó.
Siempre existirán personas que huyen del dolor y la miseria. Tratan de llegar por cualquier medio a los países donde creen que se les puede abrir un futuro y, en especial, a sus hijos, aun a costa de sus vidas.
Información de agencias y sitios de Internet
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