Críticas entre los candidatos de EUA

La Prensa Gráfica, Rubén Navarrette / The San Diego Union-Tribune, 20-07-2008

 

San Diego. Los candidatos presidenciales que parecen cambiar de posición conforme cambian de público deben evitar acusar a otros de modificar sus opiniones por conveniencia.

Esa es la lección para John McCain, quien ha criticado a Barack Obama por revertir sus opiniones acerca de la financiación de las campañas y por aflojar su oposición, en la que seguía el paso de Hillary Clinton, al Acuerdo de Libre Comercio. Obama también cambió de parecer sobre la edificación de un cerco de millas en la frontera americano – mexicana; el demócrata de Illinois votó a favor del cerco antes de oponerse a él.

Obama quizás sea el candidato del cambio, pero merece que lo aporreen por cambiar de curso en algunos temas. Sin embargo McCain no es el más indicado para hacerlo. Cuando se trata de coherencia, el senador de Arizona tiene también un punto flaco: la inmigración, que en un momento fue el tema con que se lo identificó.

Y durante un discurso reciente, Obama fue derecho a ese punto. “Un lugar en el que el senador McCain solía ofrecer cambios era en la inmigración”, dijo Obama el mes pasado en la conferencia anual de la Asociación Nacional de Funcionarios Latinos Electos y Nombrados, “era defensor de una reforma integral, y yo lo admiraba por ello. Pero cuando se presentó para la nominación de su partido, se apartó de ese compromiso y dijo que no apoyaría ni siquiera su propia legislación si esta fuera a votación”.

Me alegra oír que Obama admirara a McCain por ser defensor de la reforma migratoria, ya que el presunto nominado demócrata se calló en cuanto a ese asunto en el Senado y durante gran parte de la larga batalla de 16 meses contra Clinton en las primarias. Además, para aquellos de nosotros que apoyamos una reforma migratoria integral y a los que nos inquieta que el debate haya sido envenenado con racismo, arreglos rápidos y chivos expiatorios, hay muchos motivos para admirar a McCain.

Es cierto que McCain dijo, durante un debate en enero, que no votaría a favor de la ley que introdujo dos veces con el senador Ted Kennedy, demócrata por Massachussets. Pero yo interpreté que quería decir que el Congreso había dejado en claro su opinión sobre la ley al no aprobarla y que McCain comprendía que debía proponer una legislación diferente, a fin de lograr sus objetivos de reforma.

No es de extrañar que muchos piensen que McCain esté diciendo cosas diferentes sobre el tema de la inmigración a gente diferente. Todo el que diga que esto supone una desviación de la ley McCain – Kennedy necesita leer esa propuesta de ley tal como fue enmendada el año pasado.

Como dijeron los que propusieron la reforma integral en aquel momento —incluso algunos de los que describen ahora a McCain como alguien que cambia de parecer— esa legislación tenía “disparadores” para el cumplimiento de la ley que debían respetarse antes de que empezara el proceso de legalización.

Así pues, Obama está equivocado. Esto no es un cambio de parecer. McCain está básicamente en la misma posición de hace un año.

Si hay que culparlo de algo, sería de no comunicar ese hecho y de crear confusión sobre su propia posición. Debería tener un discurso sobre el tema, y debería pronunciarlo ante grupos tanto de derecha como de izquierda.

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