Detenido por explotar a inmigrantes tras propinarle un martillazo a un trabajador

El industrial de Museros se enfrenta a una pena de hasta tres años de cárcel

Las Provincias, M. MONTALT, 19-07-2008

La agresión con un martillo a un operario sin papeles ha terminado con el cierre de un supuesto taller clandestino de colchones en Museros. La Guardia Civil de Massamagrell se llevó ayer detenido a José B., propietario de la empresa, como presunto autor de los hechos.

Además de como supuesto implicado en un delito de lesiones, el hombre está acusado de un presunto delito contra los derechos de los trabajadores, al tener empleadas al menos a dos personas extranjeras sin contrato ni documentación.

Sobre las 11 de la mañana, la Guardia Civil acudió a la empresa, situada en el número 47 de la calle Luis Santángel de Museros, para investigar la agresión ocurrida el día anterior. Al llegar al polígono industrial del Parellós, los agentes descubrieron que la industria carecía de permisos y en ella estaban trabajando al menos dos personas extranjeras sin papeles.

No obstante, el taller podría tener todavía más empleados que no estaban presentes en el momento en que acudieron los agentes, tal y como indicaron fuentes de la investigación.

El caso se destapó el miércoles por la mañana, cuando uno de los presuntos trabajadores del taller de colchones pidió ayuda a la Policía Local de Museros y aseguró que había sido agredido por su jefe con un martillo en la pierna. El hombre presentaba diversas contusiones y heridas.


Impago del sueldo

La trifulca entre el empresario y su operario, de nacionalidad boliviana, se originó después de que este le pidiera el sueldo que le debía y el jefe se negara a pagarle. A cambio recibió el golpe con una herramienta, según el relato ofrecido por la víctima.

La Policía Local de Museros realizó un parte de agresiones e informó a la Guardia Civil, que acudió a la nave para realizar un reportaje fotográfico de lo acontecido.

El alcalde del municipio valenciano de Museros, José María Aznar, aseguró que nunca se había recibido ninguna denuncia relacionada con la actividad de la empresa. Aparentemente, en su exterior no presentaba signos de estar abierta. Ni vecinos, ni los empleados de naves colindantes habían advertido de la ilegalidad de la fábrica.


Nave insalubre

El propietario de la industria, José B., puede ser juzgado por un delito contra los derechos de los trabajadores y se enfrenta a una posible pena de entre seis meses y tres años de prisión. El empresario, tras su arresto, fue conducido hasta el cuartel de la Guardia Civil en Massamagrell.

El taller, al parecer, tampoco presentaba unas condiciones de salubridad óptimas. Presentaba un aspecto bastante destartalado, con espuma en los pasillos de la nave, según señalaron varios testigos que pudieron ver las instalaciones, que han quedado clausuradas.

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