El Departament d´Interior informó ayer de que desde el 1 de enero al 30 de junio, los Mossos d´Esquadra han evitado 18 casos de mutilación genital femenina; de ablaciones de clítoris. Los datos se pusieron sobre el tapete durante el acto de presentación del nuevo programa de lucha contra este fenómeno de violencia contra las mujeres. Se trata de un protocolo de intervención adoptado por todas las comisarías de la policía autonómica, después de que, durante una década, se pusieran en marcha medidas pioneras en este sentido en la demarcación de Girona.

Las más que probadas experiencias en Girona, el lugar de Catalunya donde se crearon los mayores asentamientos de población subsahariana, han servido para extender, reformular y ampliar el programa cuya principal objetivo es preventivo: evitar que niñas, adolescentes o mujeres sufran la mutilación del clítoris no sólo en tierras catalanas – donde casi no hay caso alguno probado- sino especialmente en sus países de origen. Las vacaciones o los viajes a la tierra de los padres o los abuelos son uno de los momentos de mayor riesgo.

El programa establece una serie de mecanismos entre los que se encuentra la comunicación de cualquier situación de riesgo potencial a la Fiscalía de Menores. La justicia puede incluso impedir el viaje de la menor a su zona de origen en caso de necesidad. Son diversas las veces que la policía ha retirado por orden judicial el pasaporte a la chica en situación de riesgo e incluso ha ordenado idéntica medida preventiva para los padres.

Esta es la actuación más puramente policial. Sin embargo, existen otras medidas más cercanas a la policía de proximidad y más eminentemente preventivas. Se trata del papel de los agentes encuadrados en las llamadas Oficinas de Relaciones con la Comunidad y de los Grupos de Atención a la Víctima, que cada comisaría tiene, y que ahora verán aumentados sus cometidos. Son policías encargados de mantener abiertos canales de comunicación con los ciudadanos a través de asociaciones de vecinos o de cualquier otra índole. Unos 300 policías – la mayoría enmarcados en estas oficinas- han recibido una preparación específica. Son ellos por un lado los encargados de recoger la máxima información posible sobre eventuales situaciones de riesgo y, a la vez, la de divulgar que en la legislación española la mutilación genital femenina es un delito grave que atenta contra la integridad de la mujer. De esta manera, el protocolo establece la necesidad de establecer encuentros y reuniones con familias, líderes sociales o asociaciones que puedan estar combatiendo ya esta práctica delictiva y que pueden convertirse en muy buenos interlocutores.

La sargento Rosa Negre, actualmente jefa de la Unidad de Proximidad y Atención Ciudadana de Girona, es considerada la pionera en materia de lucha contra la ablación desde la policía de la Generalitat y, además de una gran conocedora del tema, es una de las personas que ha impartido los cursos para los agentes.