El presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, anunció el pasado viernes en Uchda, tras su encuentro con el rey de Marruecos, Mohamed VI, y su primer ministro, Abas el Fasi, que la próxima cumbre entre ambos países que se celebrará en noviembre fijará “nuevos objetivos”, entre otras cuestiones, en materia de inmigración clandestina. Uno de ellos empezó a concretarse ayer en Rabat, en la reunión entre el ministro del Interior español, Alfredo Pérez Rubalcaba, y su homólogo marroquí, Chakib Benmusa, y consiste en la creación de dos comisarías conjuntas, en Algeciras y en Tánger, integradas por miembros de los cuerpos de seguridad de ambos países, para combatir a las mafias de la inmigración ilegal y el narcotráfico.

Según Zapatero, el cada vez mayor control de la inmigración clandestina que ejercen tanto España como Marruecos, ha provocado una “reducción drástica” de su incidencia durante el 2007 y el 2008, en comparación con el 2006. “Somos más efectivos en la lucha contra la inmigración ilegal”, confirmó Rubalcaba. Pero los últimos sucesos ocurridos ante las costas españolas, especialmente en el que murieron varios niños, ha llamado a redoblar estos controles. El problema, señaló Zapatero, es que cuando se cierra el paso a una de las rutas que utiliza la inmigración clandestina, las mafias rápidamente encuentran otra alternativa.

Este sería uno de los objetivos de las previstas comisarías conjuntas donde policías españoles y marroquíes trabajarían, en expresión de Rubalcaba, “mano a mano”. “Aquí también trabajamos juntos – se felicitó el ministro-, tratamos de evitar que las mafias actúen, tratamos de evitar que la gente se juegue la vida intentando atravesar el Estrecho en manos de esas mafias”.

La colaboración entre ambos países ya es intensa, según las dos partes, pero este nuevo mecanismo la reforzará. Y las autoridades marroquíes también niegan que hayan usado estos flujos de inmigración ilegal como presión ante España: “Marruecos nunca ha alentado la inmigración clandestina – aseveró el pasado viernes El Fasi ante Zapatero-. De hecho, Marruecos no es un país exportador de emigrantes. Al revés, recibimos a millares de inmigrantes subsaharianos, a los que respetamos su dignidad porque son hermanos africanos. Nos esforzamos por reducir el flujo de inmigrantes clandestinos, y eso lo reconocen España y la UE”.

Las previstas comisarías conjuntas no serían, en todo caso, la primera experiencia de integración entre los cuerpos y fuerzas de seguridad españoles y los de otros países, más allá de la cooperación internacional. El ejemplo más próximo es el acuerdo cerrado el pasado diciembre entre Zapatero y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, para crear un equipo policial, conjunto y permanente, de lucha contra ETA, formalizado el pasado enero en París entre Rubalcaba y su homóloga gala, Michèle Alliot-Marie.