Unos mellizos en blanco y negro

ABC, 17-07-2008

Todos lo dicen: no es frecuente pero ha ocurrido. La naturaleza nos sigue demostrando que, a veces, es un enigma. Y caprichosa. Nos sorprende de forma muy agradable. Ha ocurrido en Berlín. Un matrimonio ha tenido mellizos. Hasta ahí, normal. Sin embargo, uno de los vástagos, Leo, tiene la piel de color negro; el otro, Ryan, la tiene blanca. Sucede que Stephan Gerht, el padre, nació en Postdam, al suroeste de Berlín, y es blanco como la leche. La madre, Florence Addo Gerth, es originaria de Ghana (África occidental), con rasgos y piel totalmente negros. Ambos se mostraban ayer orgullosísimos de su descendencia. Han salido con distinto color pero tendrán idéntico cariño. Seguro.

El parto se produjo el pasado 11 de julio en la clínica berlinesa de Lichtenberg. Un portavoz de este centro hospitalario ha comentado que «en casos contados puede darse que unos mellizos tengan distinto color de piel». Al menos, que se recuerde, es el primer caso en la clínica donde se ha producido el alumbramiento. También se ha señalado que al producirse el embarazo, la mujer había tenido una doble ovulación, lo que ha dado lugar al nacimiento de dos bebés, varones los dos. Se ha comprobado, mediante análisis, que Stephan es el progenitor de ambas criaturas. Físicamente, tanto la madre como los pequeños se encuentran perfectamente.

Lo cierto es que Leo y Ryan están ya en el mundo. No se ha podido saber si los padres estaban avisados de los rasgos de cada uno de sus hijos contando, como cuenta la medicina, con tantos recursos y tecnología para que el hecho de haber nacido con distinto color de piel no cogiera a nadie por sorpresa.

Carmen Ayuso, médico genetista de la Fundación Jiménez Díaz (FJD), de Madrid, explica que los mellizos «son gemelos dicigóticos. Proceden de dos cigotos, es decir, dos ovulos y dos espermatozoides. Los gemelos de este tipo se parecen entre sí como otros hermanos». «Lo normal – agrega – es que cada niño hubiera sido de un color intermedio pero la pigmentación de la piel no depende de un único gen, sino del aditivo de varios genes».

Pedro Santamaría Pozo, psicopedagogo y especialista en Clínica y Psicoterapia, opina que «desde el punto de vista social, podría existir una cierta discriminación. No debería haber desajuste emocional si los padres les educan dentro de un contexto de aceptación mutua, convivencia e igualdad de oportunidades, factores que contrarrestarán ese campo de fuerzas que genera la sociedad actual de tanto racismo y tanta xenofobia». Con la cara de alegría de Stephan y Florence no hay duda de que Leo y Ryan serán educados así.

POR MARÍA ISABEL SERRANO

EFE

Florence y Stephan muestran a sus hijos. Leo tiene la piel negra; Ryan, blanca

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