Canarias hará como Cataluña con los alumnos inmigrantes

Canarias 7, Laura Gallego, 15-07-2008

El viceconsejero de Educación, Gonzalo Marrero, avanzó ayer que Canarias está trabajando en un plan de inserción social para el alumnado inmigrante de 8 a 16 años similar al que anunciaba estos días Cataluña, donde los segregarán temporalmente para facilitar su integración.
 

De hecho, alguna idea relacionada con esta medida podría ir incluida en el documento final que ayer empezaron a elaborar en Canarias técnicos del ámbito educativo de las 17 comunidades autónomas de cara al próximo Consejo de Ministros europeo. En él, Milagros Luis Brito, consejera de Educación del Gobierno de Canarias, asumirá la representación de las CCAA y acompañará a la ministra de Educación, Mercedes Cabrera.


El representante regional valoró la «polémica» medida anunciada por el conseller de Educación de la Generalitat catalana, el socialista Ernest Maragall, en relación a las aulas de acogida para inmigrantes que lleguen a Cataluña a mitad de un curso y que se pondrá en marcha a partir de septiembre. «Está claro que si un alumno no conoce un idioma, entrar en un aula donde le exijamos un determinado tipo de rendimiento no es sostenible desde el punto de vista de exigencias normales», aseveró Marrero, para quien España es «un país muy demagógico donde no segregar es poner a los alumnos juntos independientemente de que tengan el mismo nivel o de que conozcan o no la lengua».


Para Marrero, Cataluña «abre una vía» al plantear «el refuerzo en la integración paulatina», de modo que los alumnos extranjeros tengan una educación intensiva de la lengua, la cultura y las costumbres básicas, para luego ir incorporándose al sistema educativo. Una vía que, según dijo, el Ejecutivo canario «debe y va a estudiar».

Peculiaridades. Además, según avanzó, se están buscando soluciones para situaciones concretas como las que se dan en Fuerteventura con los hijos de inmigrantes latinoamericanos, quienes, según el viceconsejero, suelen ir de vacaciones a sus países de origen entre los meses de enero y marzo «porque los billetes son más baratos», sacando a los hijos del sistema educativo durante 30 o 40 días. «Si no se pone algún remedio, esto repercute muy directamente en el fracaso escolar», según Marrero.


Otro ejemplo ofrecido por el viceconsejero de los problemas concretos que hay que afrontar en el Archipiélago son los menores, cada vez más numerosos, que llegan desde el continente africano «con el propósito de trabajar, no de estudiar, porque quieren mandar dinero a sus familias».

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