¿Qué le queda por descubrir a Casa África tras su arribo?
Me encuentro con una sede fantástica, un trabajo iniciado y un equipo preparado para los retos.
Ya, ¿pero qué le queda?
No le queda, a Casa África le va su vocación de servicio público como instrumento de diplomacia moderna.
¿A qué servicio se refiere? ¿Cómo puede enlazar España con África, un continente, por otro lado, olvidado hasta hace pocos años para la diplomacia del Estado.
Nuestro objeto principal es servir de nexo para crear valor en las política públicas en el exterior.
¿No es un principio demasiado institucional?
(Sonrisas). No, no lo es.
¿Por qué?
Porque es la verdad. Casa África es un facilitador, una institución que coordina al servicio de todos. Generamos valor si se aporta algo nuevo y en eso vamos a estar. No es casual que el Ministerio de Asuntos Exteriores, de acuerdo con los demás patronos, eligiera a dos personas (el que habla y el secretario general, Luis Padilla) con años de experiencia en el conocimiento del continente africano. Se ha demostrado la voluntad política;ahora, queda la capacidad técnica para lograrlo, y sé que lo vamos a conseguir.
¿En qué difiere el modelo de Casa África de los esquemas anglosajones y fancés de relación con África?
España ha articulado su propio modelo. Luis Yáñez lo ensayó con Casa América, muy volcado en asuntos culturales. Casa Asia, con Piqué y Nadal, lo bordó al captar importantes aportaciones de inversores privados, tanto españoles como japoneses y chinos. En África queremos ser un poco todo, desde la plataforma de pensamiento inglesa (los think tank) hasta la proyección que ejercen centros como el Instituto del Mundo Árabe en París, pero con un matiz: seremos y somos una institución de coordinación, de enlace, de contacto, porque, ante todo, Casa África, es un lobbie desinteresado.
¿Cuánto tiempo para los primeros resultados?
El tiempo para concentrar nuestros esfuerzos, no más. Tenemos trazadas las líneas estratégicas. Podemos.
¿Cuáles son esas líneas?
Los flujos migratorios; la energía;la crisis alimentaria y humanitaria; la violencia terrorista; la cultura y la economía y el comercio.
¿YCanarias?
Canarias ha participado en la definición de esas líneas estratégicas. Es aportadora de fondos y miembro del consejo rector.
El ámbito geográfico de Casa África ha despertado reparos…
…¿por qué?
Porque las actuaciones se centran en África subsahariana cuando los flujos de negocio o de la inmigración también incumben a Marruecos, que no aparece ni por asomo.
Eso no es así.
¿No?
Y se lo digo porque he pertenecido en este último año al consejo rector.
¿Entonces?
El Magreb no está excluido como se ha insinuado. Lo que ocurre es que las prioridades de esta Casa son África Occidental y África subsahariana. En España, además, operan seis instituciones más (con más fondos que nosotros) que tienen competencia en el Magreb y en el fortalecimiento de las acciones en el Mediterráneo.
¿Lo garantiza?
Vamos a ver, Casa África participa en las políticas de Estado y como tal, seguimos principios muy precisos. Además, está Canarias, que ha definido a países como Marruecos y Mauritania (junto a Senegal y Cabo Verde) en el radio de acción de su política comercial en el exterior.
¿Afecta al calendario de actuaciones el efecto de la inmigración clandestina y, más en concreto, imágenes dramáticas como La Gomera o Almería?
El drama humanitario de la inmigración no es discutido por nadie, lo cual nos permite avanzar en un compromiso institucional pleno para analizar las causas y ver en qué nos equivocamos, porque África es un exportador neto de capital y, en ese balance, salimos beneficiados. No podemos criminalizar a los inmigrantes . Son víctimas de un proceso con fallo en el que debemos cooperar entre todos, y cuanto antes, mejor.