La frontera de la Rambla
La Vanguardia, , 14-07-2008¿Estamos en un mundo ahíto que se desmorona en un caos que presagia otro barranco?
El problema de la Rambla no se limita al peligroso y soez desastre en que se convierte cada noche. Si deseamos turismo a chorro, si creemos que sin coacciones se puede vivir, si la inmigración se produce despendolada, si resulta difícil hallar trabajo, si no hay mingitorios, no hallaremos remedio a la vía pública desbordada.
A la gente le quedan tres escapadas ambientales: coche, televisor en casa, restaurantes. Pero para ello se necesita dinero. Por lo que va a revolcarse también en la playa nocturna, y a beber porquería alcohólica. Masivamente hemos creado una sociedad cuyas costuras explotan. Y discutimos grotescos de cocina inventiva cuando nos enflaquece la cesta de la compra.
Y sólo hay menos lío callejero y motorizado si aumenta la represión policíaca, vivimos a presión de viejo western. Y eso de verdad: aquel Oeste, después mitificado por el cine, constituía en su origen una frontera, alud humano y social falto de ley y de recursos.
¿Estamos hoy en un mundo ahíto que se desmorona en un caos que presagia otro barranco? Lo cual adquiere aquí esa dimensión trágica con las pateras, fatal consecuencia de nuestra exhibición de opulencia e inutilidad. Sin que la autoridad ni la política de Estado, ¡de la UE!, sean capaces de detenerlas o de evitar su naufragio.
Ahí España, con su excursionismo diplomático a África, ahora de nuevo al hipócrita Marruecos, ha sido una vergüenza; vaticinamos que ocurriría. Y es comodona criticando a Sarkozy o a Berlusconi sin aportar ideas y medidas más humanitarias y efectivas. Hablamos sin cesar de corrección ideológica y moral, pero gestionamos peor, confundiendo errores de estructura con los de coyuntura. El lío no reside en el tirón de bolso, sino en la mentalidad y necesidad que lo provocan.
E ignoramos en el marco los graves mundos que nos rodean: Turquía, los Balcanes, el Magreb con su trastienda subsahariana, Israel y Palestina con el Irán agazapado detrás; amén del fundamentalismo… Y parece mentira que toda nuestra potencia esté capotando por esa crisis sectorial, crediticia. Así, unos simples desaprensivos pueden pudrir Ciutat Vella por estar todo ello en la situación global.
Dos grandes imperios pasados, en nuestra raíz, se hundieron así, Roma y Bizancio fueron , incapaces de mantener la concurrencia entre la teoría y la práctica, perdiéndose en minucias mientras eran cercados por aludes emergentes: los bárbaros que bajaban del frío del norte y los nómadas que provenían de las estepas del este y de los arenales del sur.
En Roma los esclavos y los parados llegaron a dominar la calle, y Constantinopla acabó siendo una isla urbana en medio de la marea otomana y musulmana. Y ojo: Napoleón decía que cuando China llegue el mundo temblará, no sólo por su gentío, sino más todavía por su formidable capacidad de repastarse.
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