crónica

Los oscuros éxitos de Marruecos, el gendarme de Europa

La Voz de Galicia, David Alvarado | Corresponsal, 14-07-2008

La UE presiona a Rabat para frenar la salida de inmigrantes irregulares hacia España

La UE presiona a Rabat para frenar la salida de inmigrantes irregulares hacia España

La nueva oleada de imágenes de pateras llegando a las costas españolas, acompañada de los dramas ligados al fenómeno de la inmigración ilegal, han hecho que muchos se planteen hasta qué punto Marruecos controla los flujos de irregulares que transitan por su territorio hacia El Dorado europeo.

«No cabe duda de que Rabat está siguiendo fielmente las directrices de la Unión Europea. Se han incrementado sobremanera los controles y efectivos para controlar las fronteras, convirtiéndose durante los últimos tiempos en el gendarme de Europa», asegura Chakib El Khayari, presidente de la Asociación Rif de Derechos del Hombre.

«Esto se ha hecho en detrimento del respeto de los derechos humanos, realizando redadas indiscriminadas y conminando de los peores modos posibles a todos los inmigrantes a volverse por donde han venido», destaca El Khayari, gran conocedor de la realidad de la inmigración en la región oriental de Marruecos.

En la mente de todos, las denuncias vertidas recientemente por varios inmigrantes subsaharianos al encuentro de agentes de la Marina Real marroquí, a los cuales acusaron de ahogar en el mar a varios de sus compañeros de ruta, y la «caza indiscriminada», retomando la expresión empleada por varios militantes locales por los derechos humanos, de subsaharianos en los bosques aledaños a Melilla tras los intentos de asalto a las vallas de hace un par de semanas.

«Condiciones inhumanas»

«La expulsión de los supervivientes de naufragios o de aquellos que son aprehendidos en el bosque se efectúa muchas veces en condiciones inhumanas», denuncia Khalid Jemmad, presidente de la Asociación de Familiares de Víctimas de la Inmigración Clandestina.

Para Hicham Baraka, presidente de la Asociación Beni Znassen de Uxda, «la responsabilidad de estos dramas que acompañan a la inmigración clandestina es fundamentalmente de la política de militarización de fronteras auspiciada por la Unión Europea, que además hace la vista gorda ante los excesos, y en un menor grado de Marruecos, país que se limita a cumplir el rol que se le ha encomendado».

Las redadas de subsaharianos también son moneda común en las grandes capitales. En Rabat y en Casablanca, por citar solo dos ejemplos, los subsaharianos, cada vez más numerosos y establecidos en zonas bien delimitadas, son víctimas de las operaciones de identificación de la policía. «De repente toman el barrio, cortan las calles con sus coches y furgonetas, para posteriormente entrar en nuestras casas y detenernos de malos modos», denuncia Jean – Claude, senegalés llegado a la capital marroquí hace ya algunos meses.

«En el mejor de los casos nos dejan libres a las pocas horas. En el peor nos conducen a algún centro de detención de inmigrantes en espera de nuestra repatriación», señala Serge, de Congo Brazzaville, llegado a Marruecos en el 2007 «por razones políticas». Precisamente, «uno de los mayores problemas relacionados con la inmigración reside en establecer la distinción entre el refugiado y el que atraviesa ilegalmente la frontera por motivos económicos», indica un anónimo oficial de policía de Rabat.

A la luz de las cifras, Marruecos es el país magrebí más aplicado en el control de la inmigración ilegal. Las exigencias de la UE han encontrado respuesta, pero Europa no ha medido las consecuencias del éxito.

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