Algunos supervivientes confirman que en Guinea Bissáu embarcaron 70 personas

Los inmigrantes que llegaron con vida en un cayuco a la isla canaria de La Gomera no tenían fuerzas ni para pedir ayuda, solo emitían lamentos entre los cuatro cuerpos sin vida de compañeros que los acompañaron hasta el final de la trágica travesía, según explicaron varios testigos de lo sucedido. También manifestaron que producía cierta extrañeza el hecho de que algunos de los ocupantes del cayuco estaban en muy mal estado, mientras que otros daba la sensación de que se encontraban bien de salud.

Según declararon algunos de los supervivientes de esta barcaza, el viaje lo iniciaron 70 seres humanos en las costas de Guinea Bissáu, a las que algunos llegaron tras meses de caminar por territorio africano. Una vez que iniciaron la travesía, las dificultades no disminuyeron y después de muchos días en el mar se desorientaron y se perdieron, a la vez que la comida escaseaba y acabaron con el agua. Durante la travesía, algunas de esas personas perdieron todo aliento y, según los supervivientes, perecieron y sus cuerpos fueron arrojados a la mar.

El cayuco estaba a un kilómetro de la costa del municipio gomero de Alajeró cuando fue avistado. Los miembros de la Guardia Civil y de la Cruz Roja que se acercaron para ayudar se encontraron que vivos y muertos se entremezclaban.

Los inmigrantes que estaban en mejor estado fueron sacados por varias personas, mientras que los que presentaban peor situación y los muertos fueron izados con una grúa de la que pendían los cajones de acero inoxidable que se utilizan para los atunes, explicaron los testigos.

Varones adultos

En el cayuco había 59 cuerpos, de ellos 55 con vida y cuatro muertos, y los servicios sanitarios enviaron a once de los vivos a diversos centros hospitalarios dada la gravedad de su situación. El número de vivos disminuyó durante las últimas horas de la tarde del viernes, pues uno de los heridos, que había sido ingresado en el Hospital de La Gomera, falleció. Lo mismo le ocurrió a otro de los inmigrantes, que murió en el Hospital Universitario de La Candelaria, en la isla de Tenerife, al que había sido trasladado desde La Gomera. Todos los ocupantes del cayuco, al menos los que llegaron a su destino, eran varones adultos.

A La Gomera se desplazó el subdelegado del Gobierno en Tenerife, José Antonio Batista, quien dijo que sería desgarrador que se confirmase que en la travesía varios cadáveres fueron arrojados a la mar. Los supervivientes que están en mejor estado de salud serán trasladados al centro de retención de la isla de Fuerteventura, donde se tramitará su repatriación.