Roma amenazaba con emprender acciones contra Cataluña si no recibía disculpas públicas A fin de evitar una grave crisis diplomática, Cataluña se vio obligada ayer a bajar la cabeza y a pedir oficialmente perdón a las autoridades italianas. El conseller de Interior de la Generalitat, Joan Saura, fue el encargado de solicitar formalmente excusas al Gobierno italiano por unas declaraciones efectuadas por su número dos, Joan Boada, en las que criticaba a los medios de comunicación de Italia y acusaba a Berlusconi de estar cometiendo «animaladas».

«Los medios italianos se han sentido liberados de la obligación de criticar al señor Berlusconi por las animaladas que en este momento está llevando a cabo en la política interna de su país». Estas palabras de Boada, en una entrevista a una emisora de radio, han creado un nuevo y grave conflicto diplomático entre España e Italia.

Las autoridades transalpinas no ocultaban ayer su enorme indignación, hasta el punto de que el Ministerio de Exteriores hizo saber que si no recibía en breve una disculpa oficial y pública por parte de la Generalitat, se plantearía emprender acciones contra España y, concretamente, contra Cataluña.

Se trata de la segunda crisis en los últimos meses entre ambos países. Ya en mayo pasado, las relaciones entre Italia y España se vieron empañadas por las críticas aireadas por algunos ministros de Zapatero contra la política de inmigración de Silvio Berlusconi.

La tensión tiene ahora como telón de fondo el crimen de la joven italiana Federica Squarise, asesinada hace unos días en Lloret de Mar y por cuya muerte ha sido detenido un camarero uruguayo conocido como Víctor El Gordo. Los medios de comunicación italianos se han mostrado bastante críticos con los Mossos d’Esquadra. Sus condenas se han centrado en el hecho de que el presunto asesino consiguió huir a pesar de que las cámaras de la discoteca en la que Federica fue vista con vida por última vez mostraban a la joven saliendo en compañía del tal Víctor.

Las críticas de la prensa italiana hacia los Mossos no sentaron nada bien en los despachos de la Generalitat. Así que Joan Boada respondió contraatacando contra los medios de Italia. «Supongo que de ese modo los medios de comunicación italianos se han sentido liberados de la obligación de criticar al señor Berlusconi por las animaladas que en este momento está llevando a cabo en la política interna de su país», afirmó. «Los medios que gravitan en la órbita de Berlusconi prefieren concentrarse en otros argumentos en vez de ocuparse de la política interna italiana, así que se han dedicado a criticar a la policía catalana utilizando este caso truculento», dijo.

La reacción de Italia no se hizo esperar. «Basta ya con las lecciones de los españoles», se quejaba Giorgia Meloni, la ministra de Juventud. «Es evidente que Boada no sabe que la prensa italiana no sólo no está en manos del primer ministro sino que con frecuencia le es fuertemente hostil», añadía.

Pero la reacción más dura procedía del Ministerio de Exteriores, que ayer emitió un comunicado en el que calificaba las declaraciones de Boada como «una indebida e inadmisible injerencia en los asuntos internos del país». «A no ser que se clarifique inmediatamente la situación, con las consiguientes excusas públicas oficiales, se deberán tomar en consideración las iniciativas para actuar en tan desagradable contexto», indica el texto.