Nueve niños entre los quince muertos de una patera a la deriva y sin comida
29 personas, rescatadas frente a la costa de Almería, sobrevivieron a la trágica travesía
Diario Vasco,
11-07-2008
El único bebé que sobrevivió a la terrible travesía de la zodiac encontrada frente a la costas de Almería, en el que murieron quince personas, se debate entre la vida y la muerte en el hospital. Su cuerpo está lleno de quemaduras, mantiene altas subidas de fiebre, una fuerte deshidratación y apenas puede respirar. Junto a él, otras tres mujeres – una de ellas acaba de abortar – se encuentran en estado muy grave en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del centro médico de Torrecádenas, con quemaduras que les pueden costar la vida.
Veinticuatro horas después de ser rescatados del mar, los 29 supervivientes (19 hombres y 10 mujeres, tres de ellas embarazadas) continuaban ayer en estado de shock, pero empezaron a narrar los escalofriantes detalles del viaje, en el que tiraron al mar los cuerpos de 14 personas que fallecieron de sed, entre ellos nueve niños de entre doce meses y cuatro años. Otra mujer pereció al poco de ser rescatada.
Los inmigrantes, procedentes de Nigeria, Kenia, Gambia, Camerún y Senegal, partieron hace siete días de la población marroquí de Alhucemas, a medio camino entre Melilla y Ceuta, frente a Málaga. La travesía debía durar un par de días, apenas 120 kilómetros hasta alcanzar las playas de la Costa del Sol o del occidente granadino. Pero la barca neumática, de apenas seis metros de eslora, se vio sorprendida por el fuerte temporal, con vientos de hasta 35 nudos, que éstos días ha sacudido la costa andaluza.
El viento fue desplazando la zodiac hacia el este, hasta que el único y precario motor de la embarcación se quedó sin gasolina y se averió. Los inmigrantes confesaron que no tenían apenas comida. Todo el espacio era para los pasajeros: 48 personas hacinadas en una embarcación con una capacidad máxima para diez en situaciones normales.
Sol y mucha sed
El sol y la sed provocaron la tragedia. Los niños fueron los primeros en morir en medio del Mediterráneo. Sus cuerpos, como los de los adultos que fallecieron, fueron tirados por la borda por sus compañeros de viaje para evitar epidemias. Muchas de las madres, casi inconscientes, ni siquiera supieron que sus hijos habían muerto. La embarcación siguió vagando sin rumbo e internándose en el mar, fuera de las rutas comerciales y con cada vez menos posibilidades de ser avistada por un barco. Los inmigrantes se prepararon para la muerte cuando el miércoles tuvieron su único golpe de suerte. Un velero deportivo, el Telefónica Negro, que realizaba entrenamientos en la zona, creyó distinguir entre las olas una zodiac sin gobierno a 27 millas al sur de cabo Sabinal, en la costa almeriense. A partir de ahí se gestó el rescate.
De inmediato el velero se puso en contacto con Salvamento Marítimo, que llevaba varias horas de búsqueda infructuosa, para dar la localización precisa. En cuestión se segundos se interceptó la embarcación y se llevó a los inmigrantes a puerto. La mitad de ellos ni siquiera podían moverse tras una semana sin comer y sin apenas beber. Fue entonces, tras los primeros sorbos de agua, cuando algunas madres – cuyos hijos habían fallecido durante la travesía – empezaron a darse cuenta de que sus pequeños no estaban.
Salvamento Marítimo puso en marcha a primera hora de la mañana una operación de búsqueda para recuperar los catorce cuerpos arrojados al mar. Según el testimonio de los supervivientes, la mayoría de los fallecidos fueron lanzados por la borda en las cercanías del lugar donde se interceptó la zodiac, por lo que las labores de rastreo comenzaron en los alrededores de Punta Sabinal.
Los expertos esperaban haber peinado al final del día de ayer un área de unas 240 millas cuadradas. Los equipos de rescate eran conscientes de que era prácticamente imposible encontrar los cadáveres después de tantos días.
El pasado 7 de julio otros catorce subsaharianos desaparecieron frente a las costas de la localidad granadina de Motril al volcar la embarcación en la que viajaban junto a otras 23 personas. Los cuerpos sin vida tampoco pudieron ser recuperados.
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