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MADRID.— El embajador de México en España, Jorge Zermeño, aseguró en entrevista con EL UNIVERSAL que aunque las expulsiones de turistas mexicanos en España han disminuido considerablemente desde la visita a México del presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, en julio del año pasado, es un asunto que le preocupa porque se siguen produciendo.

El embajador explicó que, durante aquella visita, Rodríguez Zapatero y el presidente de México, Felipe Calderón, firmaron un acuerdo tácito para que en el caso de los mexicanos que viajan a España no se apliquen las reglas que impone la Unión Europa a los turistas. Reglas como exigir a la llegada una carta invitación firmada por un notario, tener 57.6 euros diarios para la manutención y el boleto de regreso. Sólo se les exigiría el boleto de regreso.

“México no es un país de inmigrantes hacia España sino hacia Estados Unidos, nosotros siempre les hemos dado un buen trato y una gran hospitalidad a los españoles, por eso debe haber una reciprocidad entre visitantes de dos países amigos”, señaló. “México no ha rechazado a ningún español salvo por alguna circunstancia especial. Y aunque entendemos que hay un endurecimiento en Europa para temas de migración, querríamos que no hubiera ninguna expulsión”, añadió.

Zermeño reconoció que la causa principal de no admisión ha sido porque los turistas no traen el boleto de regreso o porque han viajado por la Unión Europea y al intentar ingresar de nuevo a España lo hacen con el permiso de estancia de 90 días caduco. “En esos casos la inadmisión está justificada, pero en otros no”. Sobre la carta invitación, indicó que el turista mexicano va a pasear, no a quedarse a vivir allá, y gasta más que los turistas de otros países”, explicó. “Por eso no se les debería exigir esa carta y sí fiarse de la buena voluntad de la gente”.

El cónsul de México en Barcelona, Jaime García Amaral, también reconoció que en los últimos meses el número de inadmitidos en el aeropuerto de El Prat ha disminuido, y que el gobierno y la policía catalana han dado una respuesta positiva a las quejas del gobierno mexicano.

Sin embargo, el cónsul lamentó que los agentes policiales del aeropuerto no sean tan comprensivos y decidan admitir o no a turistas.

 
 

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