bilbao. La directora cacereña Irene Cardona presenta en su primer largometraje, Un novio para Yasmina, una comedia romántica y mestiza que cuenta con el aval de tres premios Biznagas de plata del pasado Festival de Málaga.

La película esconde una reflexión moral con la inmigración, los matrimonios de conveniencia, la vida en pareja y el compromiso social como telón de fondo. “Para mí es un tema cercano porque permite hablar de relaciones personales y de cómo nos relacionamos unos con otros más allá del tema de la inmigración”, manifiesta la directora.

Con humor, la historia se desarrolla en un pueblo de Extremadura al que Yasmina llega por azar y en el que la agradable apatía de los bares de jubilados se mezcla con el gentío marroquí. Sin embargo, la protagonista del largometraje rompe con el tópico de la mujer árabe, presentándonos un personaje decidido que quiere ser el dueño de su destino “Yasmina puede suponer un modelo para otras chicas musulmanas porque es liberal, quiere ir a la universidad y estudiar y además sigue fiel a sus ideologías religiosas”. Es por ello por lo que el personaje principal cree que está de paso mientras persigue su particular sueño de libertad. “El problema de Yasmina es que no se integra ni con la sociedad española, ni con la musulmana, y al final donde se encuentra más a gusto es de mediadora entre ambas sociedades, una relación intercultural”, define Cardona.

La directora, tras su opera prima, tiene pensado rodar más largometrajes en el futuro: “Es un proceso largo, comenta, sin embargo, ahora estoy trabajando en otro guión y además no descarto volver a hacer comedia porque me he dado cuenta que a través de este género se pueden contar muchas historias”.

la frase

“El que haya personajes inmigrantes permite hablar de la integración”

irene cardona

Directora y coguionista