ENRIQUE FIGUEREDO – Barcelona
el mayor desarraigo a la más natural D integración de los inmigrantes .

Ese es el abanico que agita con soltura el periodista Luis Benvenuty gracias a su destreza expositiva capaz de sacar los colores a todo el mundo cuando cuenta sencillamente la realidad de la vida. Con su libro Mudanzas. Una crónica sobre la inmigración (RBA), apoya el mestizaje huyendo de folklorismos. Benvenuty, nacido en Salamanca y criado en Andalucía, llegó a Barcelona en el 2000. Con la obra que ayer presentó ganó el primer premio de Periodismo Josep Maria Huertas.

“Que un chico de origen magrebí sea cap de colla de unos castellers o que, de repente, a todos nos dé por ver películas de Bollywood es sólo folklorismo”, afirma Benvenuty. Tras afilar día a día su olfato y su palabra, entre otros motivos por su condición de corresponsal de La Vanguardia en el Barcelonès Nord, este periodista rechaza lo que llama procesos de asimilación de los inmigrantes por las tierras de acogida. “Soy partidario de hacer una sociedad mejor con las aportaciones particulares y las particularidades de cada uno”.

“El mío es un libro de testimonios, no un manual, que puede servir para conocer a los demás. Yo creo mucho en la revolución individual. En que cada uno se acerque al otro buscando empatía”, explica Benvenuty. De ese modo, señala el autor, “podemos descubrir que cosas que creemos importantes no lo son tanto y que cosas que consideramos banales son muy importantes para otros que nos rodean”.

Al acto de presentación del libro acudieron el conseller de Cultura, Joan Manuel Tresserras; el periodista y miembro del jurado Eugenio Madueño; Quim Estivill, miembro del proyecto Aprope´m-nos; Jordi Fossas, miembro del archivo histórico del Poblenou, y José María Mena, ex fiscal jefe del Tribunal Superior de Justícia de Catalunya. Todos glosaron la figura de Huertas Claveria, que da nombre al premio periodístico ganado por Benvenuty. Dijeron que Mudanzas le habría gustado por el cariño que sentía por la crónica de proximidad. Mena explicó que el libro de Benvenuty “es la crónica del racismo cotidiano” y vino a alertar de que se debe ir con cuidado para que no se reproduzcan hechos como las revueltas en los suburbios de París.

Sobre el racismo y la xenofobia, Benvenuty lo ve claro: “No se margina al inmigrante, sino al pobre. Los inmigrantes de antes se pelean por las becas de comedor de los que llegan ahora”.