Lucha cuerpo a cuerpo de McCain y Obama por el decisivo voto hispano
ABC, 09-07-2008PEDRO RODRÍGUEZ CORRESPONSAL
WASHINGTON. Parece que no se puede organizar una sola semana de campaña presidencial en Estados Unidos sin apelar directamente a los votantes hispanos. El mes pasado, Barack Obama y John McCain se dirigieron a la Asociación Nacional de Funcionarios Electos Latinos. Ayer, los dos candidatos han comparecido ante la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos. Y la semana que viene se le espera en California para participar en la convención nacional de la organización La Raza.
Esta reiterada agenda de trabajo de los dos candidatos a la Presidencia de Estados Unidos confirma el valor decisivo que tanto republicanos como demócratas otorgan dentro del actual ciclo electoral a la minoría mayoritaria de 46 millones de hispanos, con más de la mitad concentrada en torno a California y Texas. Precisamente al no votar en bloque por un determinado partido, este grupo de electores con raíces hispanas resulta cada vez más codiciado dentro de la ajustada matemática para llegar hasta la Casa Blanca.
Ventaja disputada de Obama
Recientes sondeos confirman que Obama tendría en estos momentos una considerable ventaja de casi el doble de puntos entre el voto hispano frente a McCain. Pero también con un muy significativo número de indecisos que reflejan los problemas que hasta ahora ha tenido el candidato demócrata para conectar con este segmento de votantes que durante las primarias se pronunció 2 contra 1 a favor de Hillary Clinton.
Desde un principio, la campaña del senador McCain ha insistido en que no tiene intención de dar votos por perdidos a Obama, empezando por el voto hispano, que representa un 9 por ciento de todos los llamados a participar en los comicios de noviembre. Como antecedente a favor de los republicanos, el presidente Bush logró hacerse con un 40 por ciento de estos votantes en su reelección del 2004. Sin embargo, en los últimos comicios parlamentarios, los demócratas han conseguido recuperar una parte de esos votos con la esperanza de que seguir capitalizando a su favor esa tendencia alimentada por la impopularidad de la Administración Bush.
En sus comparecencias de ayer ante la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos (LULAC), McCain y Obama se han concentrado en presentar sus divergentes opiniones en materia económica. La cuestión que con diferencia se ha colocado en los últimos meses a la cabeza de las preocupaciones de Estados Unidos, aunque solamente sea por la presión que suponen los cuatro dólares que cuesta ya un galón de gasolina regular en un país absolutamente dependiente del automóvil.
Durante sus respectivas intervenciones en Washington, los dos candidatos han exhibido sus diferencias con un John McCain bastante confiado en la capacidad del libre mercado para salir de la actual crisis y un Barack Obama más inclinado a utilizar los poderes del gobierno federal. En este sentido, el senador republicano se atrevió ayer a destacar sus diferencias con Obama afirmando: «Si ustedes creen que deben pagar más impuestos, soy el candidato equivocado».
A pesar de estas diferencias, los dos competidores por la Casa Blanca comparten teóricamente la necesidad de una reforma en profundidad del sistema de inmigración de Estados Unidos. Ambos políticos respaldan la creación de un programa de trabajadores temporales y otorgar una vía de legalización para los más de doce millones de «sin papeles» acumulados desde la última gran amnistía otorgada durante la Administración Reagan. Partiendo de la base que reforzar la vigilancia de la frontera con México no es la solución más realista.
Aún así, ambos candidatos están procurando no entrar en grandes y específicos detalles sobre cuestiones de inmigración al tener claro que esa cuestión, especialmente en tiempos de incertidumbre económica como los actuales, puede resultar especialmente engorrosa para sus respectivas candidaturas. Pero al mismo tiempo, la cuestión de inmigración tiene un peso especifico en algunos de los Estados más disputados, y con significativas poblaciones hispanas, como Florida, Nuevo México, Colorado o Nevada.
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