La presidencia francesa de la Unión Europea (UE) propondrá hoy a sus socios un gran pacto europeo sobre inmigración que vete las regularizaciones masivas de los sin papeles y que establezca una serie de obligaciones concretas para los inmigrantes legales. El proyecto, al que ha tenido acceso este diario, invita a los 27 estados de la UE a adoptar en su legislación nacional “medidas específicas” para asegurarse de que los inmigrantes legales aprenden la lengua del país de acogida y respetan los valores fundamentales europeos, en especial la igualdad entre hombres y mujeres, la libertad de expresión, la tolerancia y la obligación de escolarizar a sus hijos.
El pacto europeo sobre inmigración es el principal tema de la agenda del Consejo de Ministros de Justicia e Interior, que se reúne hoy y mañana en Cannes. Las intensas negociaciones del Gobierno español han logrado eliminar del proyecto francés la denominación “contrato de integración” para los inmigrantes. El Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero no podía avalar ese término, porque había sido propuesto inicialmente por el líder del PP, Mariano Rajoy.

EL CONCEPTO SE MANTIENE A
pesar de que el término “contrato de integración” ha desaparecido del último borrador del proyecto francés, el concepto y su contenido se mantiene formulado de manera precisa y con una enumeración detallada de las principales obligaciones del inmigrante legal. Además de las ya citadas al principio, se incluye el respeto a las identidades nacionales de los estados de la UE y de sus leyes.
El proyecto francés establece también que en el futuro las regularizaciones “se limitarán a caso por caso, a título excepcional”. El Gobierno quiere suavizar este párrafo para evitar que pueda interpretarse como una crítica a la regularización de sin papeles que realizó España y que molestó a muchos países.

RESTRICCIONES
El documento aboga por restringir la reagrupación familiar de los inmigrantes legales a la capacidad de acogida de los estados, a las posibilidades de integración de las familias, a sus condiciones de alojamiento y a su dominio de la lengua del país. Francia aboga, asimismo, por expulsar de forma expeditiva a los inmigrantes irregulares y por reforzar los controles en las fronteras externas de la UE.