La policía desmantela un taller clandestino de ropa en la Canyada y detiene a 14 chinos
El empresario asegura que tiene toda la documentación en regla y niega su vinculación con los arrestados
Las Provincias,
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04-07-2008
La policía desmanteló ayer un taller clandestino de ropa en dos chalés contiguos de la Canyada donde presuntamente eran explotados una veintena de trabajadores chinos. La operación policial se saldó con la detención de 14 personas, dos de ellas acusadas de un delito contra los derechos de los trabajadores.
Según informaron fuentes jurídicas, el operativo policial se llevó a cabo tras varios días de investigación por parte de agentes de paisano. Antes, las quejas de varios vecinos de las calles 1 y 2 de la Canyada pusieron a la Policía Local sobre la pista de la actividad ilegal que se realizaba en las dos viviendas.
Sobre las diez de la mañana de ayer, unas 10 patrullas del Cuerpo Nacional de Policía y la Policía Local de Paterna rodearon los dos chalés donde se encontraban los sospechosos.
Tras obtener las correspondientes órdenes judiciales, los agentes registraron las casas y descubrieron numerosas máquinas de coser que eran utilizadas por los trabajadores chinos. Varias de estas personas salieron corriendo por las calles de la Canyada al advertir el despliegue policial, pero fueron arrestados tras una corta persecución.
Las mismas fuentes señalaron que fueron identificados un total de 23 individuos. Todos ellos fueron trasladados a dependencias policiales. Como no había suficientes coches patrulla, la Concejalía de Movilidad y Policía del Ayuntamiento de Paterna fletó un autobús para realizar el traslado de todos los sospechosos.
Tras interrogar a los ciudadanos chinos y revisar sus documentos de identidad, la policía arrestó a 12 de ellos por una infracción a la Ley de Extranjería. Pero el delito más grave presuntamente lo cometió el matrimonio propietario del taller clandestino. La pareja fue acusada de un delito contra los derechos de los trabajadores, según informaron fuentes policiales.
José lleva nueve años residiendo en la Canyada: “Todo el mundo me conoce con este nombre. Tengo mi empresa en regla, es una sociedad limitada y mis empleados tienen contrato de trabajo”, afirmó el hombre detenido por un delito contra los derechos de los trabajadores.
“Tengo que ir un día con mi gestor a mostrar todos los papeles”, añadió el empresario, que negó cualquier vinculación con los ciudadanos chinos arrestados en las calles de la Canyada. “Los han detenido en la calle, pero no en mi taller. Aquí se habla muy mal de los chinos, pero es como los españoles y como todos: hay buenas y malas personas y yo sólo quiero trabajar para comer.”
José aseguró que en el taller de confección que tiene montado en el chalé que da a las calles 1 y 2 de la Canyada, los empleados trabajan entre siete y nueve horas. “La policía me ha preguntado si el arroz es para los trabajadores y la carne para los jefes. Eso es una tontería. Los chinos comemos arroz como ustedes el pan.” El detenido aseguró que en el taller trabajan unas 14 personas y que cuenta con otros dos chalés donde se alojan sus empleados.
“Los chinos pagamos un poco menos, pero a cambio los asalariados tienen la comida y un sitio alquilado donde dormir. ¿Qué hay de malo en eso? Yo creo que es mejor.” José señaló que la actividad que desarrolla en la Canyada se limita a la confección.
Según su versión, él recibe las piezas y sus empleados las cosen: “Nosotros sólo hacemos eso para otro taller que está regentado por españoles”. El chalé que se emplea como taller, y que el detenido tiene alquilado, al igual que los otros dos que usa como alojamiento para los empleados, permanecía ayer cerrado.
En la parcela había una furgoneta aparcada y ropa tendida. La vegetación demostraba que en el inmueble no se han realizado en meses trabajos de jardinería. Una vecina del chalé que sirve como taller de confección defendió ayer a José. “Son buenas personas y yo no escucho ruidos ni nada extraño. Un día mi marido se dejó la ventanilla del coche abierta y llamaron a casa para avisarnos”, afirmó la mujer.
Otro taller ilegal en Campanar
El pasado 24 de junio, la Policía Local de Valencia desmanteló otro taller clandestino de ropa en el distrito de Campanar. Infrahumano, hacinamiento y explotación son las tres palabras que mejor definen las condiciones laborales en las que trabajaba un grupo de inmigrantes chinos en una planta baja de la calle Maestro Bagant.
La Policía Local puso fin al particular calvario de estas personas tras descubrir el taller ilegal de ropa en el que cosían durante largas jornadas laborales por un puñado de euros.
El responsable del taller, un comerciante chino de 30 años de edad, mostró una fuerte resistencia en el momento de su detención e incluso intentó apuñalar con un sacacorchos a uno de los policías locales.
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