PERSPECTIVA INTERNACIONAL

El fontanero polaco vuelve a casa

El dinamismo de Polonia alienta el regreso de los emigrantes enfrentados al final del boom irlandés

La Vanguardia, , 03-07-2008

RAFAEL RAMOS – Londres

Uno de los grandes flujos migratorios de los últimos tiempos en Europa registra un repentino frenazo
Irlanda ha experimentado una gran dependencia de los emigrantes polacos desde que su país ingresó en la Unión Europea hace cuatro años, ya sea para trabajar de fontaneros, médicos, policías y peones de la construcción. Incluso para llenar de curas y monjas los conventos de una isla que ya no es tan católica practicante como indica su reputación. Y desde luego para pagar impuestos y las cuotas de la seguridad social con las que financiar hospitales, escuelas y pensiones,

Pero uno de las grandes flujos migratorios de los últimos tiempos en Europa ha registrado de repente un brusco frenazo, al coincidir la desaceleración económica del tigre celta y una creciente hostilidad hacia los extranjeros- cuando en casa hay trabajo, vodka y cada vez mayor prosperidad, tampoco exenta de una cierta xenofobia?

Sólo en el primer trimestre, el censo de inmigrantes polacos oficialmente registrados en la República de Irlanda bajó de 19.000 a 12.000 y el de los residentes reales de 70.000 a menos de 40.000, según estimaciones. “No sé las cifras exactas – dice Lech Podolsky, gerente de un restaurante polaco en Wexford-, pero el éxodo es evidente. Hasta mediados del año pasado mis compatriotas venían al establecimiento para buscar empleo aquí, y ahora lo hacen para despedirse y comentar oportunidades en casa”, añade.

Idéntico fenómeno se está produciendo en la vecina Gran Bretaña, donde desde el 2004 llegaron a instalarse 200.000 polacos que controlaron un sector muy importante de la construcción. Todavía hoy médicos de Varsovia y Cracovia vienen los fines de semana para hacer turnos en consultas y hospitales de Escocia y el Ulster que no encuentran profesionales locales dispuestos a trabajar más allá de un horario de oficina de nueve a cinco, de lunes a viernes. Polonia se había colocado detrás sólo de India, Pakistán, Bangladesh y Sri Lanka, antiguos países de la Commonwealth, como fuente de inmigrantes.

“En Wexford – ciudad de provincias conocida por su festival de ópera- nos habíamos habituado a oir misa los domingos con un marcado acento polaco y a ver en el quiosco la Polska Gazeta junto al Irish Times;también a llamar a un fontanero polaco para arreglar las goteras y a una niñera polaca para cuidar los niños. Hasta empezábamos a entender de marcas de vodka”, dice Liam O´Grady en uno de los pubs favoritos de la inmigración del Este.

Pero los polacos se van a casa con la misma rapidez con que llegaron. El paro ha subido en pocos meses del 4.3% al 5.3%, el crecimiento ha bajado del 5.7% a menos del 3%, la recaudación fiscal en la primera mitad del año ha sido un 6% inferior a la presupuestada y el sector inmobiliario (que ocupa a 20.000 personas) se lleva las manos a la cabeza porque este año se van a construir la mitad de pisos nuevos que en 2007. Y aún se ignora cuál será el impacto real de la crisis financiera de Estados Unidos, cuyas quinientas multinacionales presentes en Irlanda – con el anzuelo de impuestos corporativos muy bajos (12.5%) y mano de obra educada y anglófona- emplean a un 5% de la fuerza laboral del país. Los más pesimistas incluso hablan de recesión, pero los emigrantes nativos de Katowice y Gdansk no quieren saber nada de ello.

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