Liberadas en Bélgica 17 esclavas del Golfo
El Periodico, , 03-07-2008Vivían como esclavas en un hotel de lujo. Diecisiete mujeres llevaban cerca de un año trabajando en un régimen comparable a la esclavitud en el prestigioso Hotel Conrad de Bruselas al servicio de un grupo de princesas de los Emiratos Árabes Unidos. La policía federal belga y la inspección de trabajo pusieron fin a esa explotación con un registro sorpresa el pasado martes y las mujeres quedaron bajo la protección de la organización humanitaria Pagasa.
Privadas de sus pasaportes, las mujeres eran obligadas a trabajar día y noche para atender a la princesa Hamda, viuda del emir Mohamed Jalid Al Nahyan, a sus cuatro hijas y a su séquito. Algunas de ellas debían incluso dormir en el pasillo, junto a la puerta de las princesas, para responder de inmediato a cualquiera de sus caprichos, mientras que las otras debían compartir dos habitaciones, una para las musulmanas y otra para las cristianas, con una cama doble cada una.
SALARIOS DE MISERIA
Las sirvientas recibían un salario de 150 euros al mes y solo las más cualificadas, como la responsable de las cocineras, cobraban 500 euros, según los detalles revelados por la prensa. Las mujeres tampoco podían salir del hotel sin vigilancia y si alguna intentaba escapar, era perseguida.
Este nuevo caso de esclavismo pudo ser descubierto gracias a que una de ellas logró huir del hotel y reveló la situación a la policía. Otra de las mujeres, que también consiguió escapar, fue interceptada por la policía en el aeropuerto de Bruselas y una tercera está en paradero desconocido. El director del Conrad, Marc de Beer, aseguró desconocer la explotación de esas sirvientas, a pesar de que la familia tenía alquilada la totalidad del cuarto piso desde hacía un año y usaba las cocinas del hotel para preparar sus comidas. “No hacemos preguntas al personal de nuestros clientes”, declaró De Beer para eludir su responsabilidad. La planta alquilada totaliza 54 habitaciones, incluida una suite real, por lo que se estima que las princesas han pagado unos 15 millones de euros al Conrad.
La mujer que reveló el caso, cuya identidad se mantiene protegida, explicó que solo podía dormir “tres horas al día”. Había sido contratada en Marruecos como cocinera para la familia principesca en Abu Dabi. Pero una vez allí, las condiciones de trabajo no tenían nada que ver con lo que indicaba el contrato. Después de cinco meses en Abu Dabi, llegó a Bélgica en un avión privado acompañando a una de las princesas.
Las otras sirvientas procedían de Túnez, Egipto, Irak, Siria, India, Filipinas, Indonesia y Sudán. Todas ellas eran víctimas de una “violencia verbal constante”. “Nos trataban de putas, de perras”, explicó la mujer, que la prensa belga ha denominado con el falso nombre de Jamila. “El personal de hotel conocía nuestra situación y nos habían propuesto ayudarnos a escapar. Me imagino que la investigación demostrará que la dirección del hotel también estaba al corriente”, precisó Jamila.
Pero las posibilidades de que las princesas sean procesadas en Bélgica por cometer los supuestos abusos parecen escasas. De momento, ninguna de ellas ha sido inculpada. El diputado ecologista belga Fouad Lahssaini teme que podrán regresar a su país sin tener que responder de sus graves delitos de explotación económica.
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